Tamaños de ventiladores para PC y para qué es mejor cada uno

Última actualización: 5 de noviembre de 2025
Autor: Isaac
  • Elegir tamaño según uso: 120 mm para presión/radiadores; 140 mm para caudal y baja sonoridad en caja.
  • Flujo vs presión estática: CFM para ventilar la caja, mmH2O para atravesar aletas y filtros densos.
  • Conectores: 4 pines PWM para control fino; 3 pines DC si tu placa regula por voltaje; evita Molex fijo.
  • Flujo ordenado frontal-trasera, calidad sobre cantidad y compatibilidad real con tu chasis/radiador.

Tamaños de ventiladores para PC

Controlar la temperatura del PC no es opcional: es la diferencia entre un equipo que rinde a gusto y uno que sufre estrangulamientos térmicos. En el corazón de esa ecuación están los ventiladores, con varios tamaños, conectores y perfiles pensados para escenarios muy distintos. En esta guía te explico, con lupa, qué tamaños existen, para qué sirve cada uno y cómo combinarlos. Encontrarás desde los clásicos de 120 y 140 mm hasta formatos menos comunes como 40, 60, 180, 200 o 220 mm, además de conceptos clave como flujo de aire, presión estática, RPM y ruido.

No todo es tamaño: aunque a mayor diámetro suele ser más fácil mover mucho aire con menos vueltas, hay matices importantes. El diseño de las aspas, la calidad de los rodamientos, el rango de RPM o el tipo de conector (2, 3 o 4 pines) influyen muchísimo. También cambia el tipo de ruido: los pequeños tienden a un timbre más agudo y molesto, mientras que los grandes suenan más graves y, a menudo, más agradables.

Tamaños de ventiladores para PC y usos recomendados

Ventiladores para PC por tamaño

Ventiladores de 120 mm

El formato de 120 mm se ha convertido en el estándar moderno por su equilibrio entre rendimiento y compatibilidad. Permite mover un buen caudal a menos RPM que los antiguos de 80 mm, baja la sonoridad y ofrece una presión estática competente para disipadores y radiadores. Por eso es el tamaño más habitual en RL AIO y heatsinks, además de en la mayoría de cajas. Frente a los viejos 80 mm, estos ventiladores cambian no solo el volumen sino el timbre del ruido: el tono pasa a ser más grave y menos punzante.

Otra ventaja clave es la enorme oferta: hay modelos para flujo de aire, para presión, silenciosos, de alto rendimiento, con y sin PWM, y a todos los precios. Este ecosistema facilita encontrar uno que encaje con tu caja y con tu presupuesto sin renunciar a calidad acústica y térmica.

Ventiladores de 140 mm

Los de 140 mm están muy extendidos en torres actuales, sobre todo en el frontal y la parte superior. A igualdad de diseño, mueven más aire que uno de 120 mm a la misma o menor velocidad, lo que reduce el ruido en escenarios de caja. Sin embargo, lo habitual es que ofrezcan menos presión estática, por lo que para igualar en radiadores y disipadores a un buen 120 mm, conviene irse a gamas altas de 140 mm.

Son ideales como intake o exhaust general, y existen AIO con radiadores preparados para 140 mm. Eso sí, no todas las cajas los aceptan en todas las posiciones, así que antes de comprar conviene revisar la compatibilidad. Si el precio y calidades son similares, y tu chasis lo permite, elegir 140 mm suele ser una gran idea para reducir RPM a igual caudal.

Ventiladores de 80 mm

Clásicos de hace más de una década, los 80 mm se usaban tanto para chasis como para componentes. Funcionaban a RPM altas (5.000-7.000) y eran notorios por su ruido agudo. Hoy han quedado relegados a ciertas torres ITX y a disipadores de CPU o GPU compactos, donde se tiran de curvas de ventilación más suaves para que resulten menos molestos. Aun así, su principal ‘fortaleza’ sigue siendo una presión decente a costa de sonoridad.

Si tu caja admite 120/140 mm, montar un 80 mm no tiene sentido por reparto de flujo y ruido. Estos tamaños pequeños son útiles solo cuando el espacio manda y no hay hueco para algo mayor, o en soluciones muy específicas.

  Nanocomputación: qué es, para qué sirve, cómo funciona este misterioso paradigma

Ventiladores de 92 mm

Nacieron para reemplazar a los 80 mm, pero terminaron con un papel secundario. Son raros de ver como ventiladores de caja, y quedan más bien para disipadores de CPU compactos y, con relativa frecuencia, para tarjetas gráficas. Aunque giran a menos RPM que los 80 mm, muchos modelos siguen siendo más ruidosos que la media, salvo excepciones de gama alta.

A nivel práctico, si tu chasis permite 120 o 140 mm, es preferible usarlos. El 92 mm cobra sentido en disipadores y escenarios con restricciones severas de espacio.

Ventiladores de 40 mm

Muy infrecuentes en PCs convencionales; se ven sobre todo en routers, mini PCs y, especialmente, en servidores. Aportan un caudal bajo pero una presión estática elevadísima, con velocidades que arrancan en torno a 5.000 RPM y pueden llegar hasta 20.000 RPM en variantes para rack. El precio a pagar es un ruido extremo, tanto que en centros de datos se usan protectores auditivos.

Si no montas un servidor o un dispositivo embebido, evita este formato. Son una solución para empujar aire a través de resistencias muy densas en muy poco espacio, un equilibrio que en un PC de sobremesa no compensa.

Ventiladores de 60 mm

Otro formato poco común, más propio de consolas, barebones y mini PCs. Ofrecen un caudal modesto con presión estática respetable, y se mueven normalmente entre 3.000 y 6.000 RPM. El gran problema vuelve a ser el ruido: por construcción y diámetro, los 60 mm tienden a ser bastante ruidosos cuando hay que apretarles.

Úsalos solo cuando el volumen interno no permita instalar 80 o 92 mm, o si el chasis/disipador viene diseñado específicamente para este diámetro. En cualquier otro caso, escalar a 120/140 mm mejorará la experiencia.

Ventiladores de 180 mm

Diseñados para cajas con soporte específico (no son muchas), son grandes aliados para mover mucho aire a muy bajas revoluciones. Su presión estática es reducida, por lo que no son la mejor opción para radiadores o filtros muy restrictivos, pero a cambio son muy silenciosos. Lo habitual es verlos con control PWM y topes de unas 1.200 RPM, con una firma acústica muy amable.

Fabricantes como SilverStone han apostado por ellos, aunque la oferta es limitada. Si tu torre los soporta en el frontal o en el techo, pueden ser una forma fantástica de mantener un flujo generoso con mínimo ruido.

Ventiladores de 200 mm

Casi exclusivos de ciertas cajas y muy poco habituales hoy. Nacieron como solución para chasis cerrados de hace años, llegando a montarse incluso en el lateral izquierdo para bañarlo todo de aire. Trabajan en rangos típicos de 800-1.000 RPM y son muy silenciosos, pero su debilidad evidente es la bajísima presión estática: no atraviesan bien resistencias.

Por ese motivo se han quedado en un nicho. Son útiles para crear grandes corrientes internas sin ruido, siempre que el chasis esté preparado y no pretendamos empujar aire a través de radiadores o rejillas densas.

Ventiladores de 220 mm

Los más grandes que verás en consumo, muy esporádicos y limitados prácticamente a algunas cajas. Su función es mover volúmenes enormes con un murmullo muy bajo, pero la presión es reducida, de modo que su papel es favorecer corrientes direccionales más que crear presión negativa o positiva marcada. Si tu caja los admite, pueden aportar un flujo amplio; en escenarios exigentes, un 140 mm de calidad será más versátil.

Cómo saber si tu caja y tus radiadores son compatibles

Antes de comprar nada, lo mejor es ir a la ficha técnica de tu chasis. Ahí se detalla cuántos ventiladores admite por zona y en qué tamaños, por ejemplo, tres de 120 mm o dos de 140 mm en el techo. Si no encuentras el manual, mide los ventiladores preinstalados: el tamaño se expresa en milímetros y a menudo verás formatos tipo 140 x 25 mm, donde 140 es el lado y 25 el grosor. Ese grosor también importa en radiadores y filtros, ya que define el espacio total ocupado y la compatibilidad real, o, si buscas otra alternativa, evalúa un sistema sin caja.

  Lista completa de los fallos más frecuentes en cada componente del PC

En RL AIO y radiadores, recuerda estos equivalentes: 120 mm (1 ventilador) = 120; 240 = 2×120; 360 = 3×120. En 140 mm, 140 = 1 ventilador, 280 = 2×140 y 420 = 3×140. Revisa siempre que la caja anuncie soporte para 240/280/360/420 según el caso, y ojo con interferencias con RAM, VRM o la altura del disipador. En placas base y disipadores por aire, comprueba también las restricciones de altura y el espacio alrededor del socket, especialmente si pretendes montar ventiladores de gran diámetro.

Relación tamaño, RPM, ruido, flujo y presión estática

La teoría dice que cuanto más grande el ventilador, más fácil es mover aire con menos RPM. En la práctica, entran en juego las aspas, los rodamientos, el motor y la rejilla por la que pasa el aire. Lo que buscas para caja es un buen caudal (CFM o m³/h) con poco ruido y turbulencias controladas, mientras que para radiadores o disipadores por aire densos necesitas presión estática (mmH2O) para atravesar las aletas.

Dos trucos útiles: uno, a menores RPM suele haber menos ruido, y los ventiladores grandes pueden mantenerse bajos con el mismo caudal. Dos, el tono del ruido importa casi tanto como los dB: un 120/140 bien diseñado sonará menos molesto que un 80/92 forzado, aunque el medidor marque valores similares, gracias a un timbre más grave.

Airflow vs presión estática: qué elegir

Si dudas entre 120 y 140 mm para un radiador, recuerda: a igualdad de calidad y diseño, el 120 mm acostumbra a alcanzar presiones estáticas más altas; el 140 mm puede hacerlo, pero normalmente en gamas superiores. Para simple ventilación de caja, un 140 mm de calidad es una delicia por su caudal a bajas RPM.

Conectores y control: 2 pines, 3 pines y 4 pines (PWM)

Hay cuatro grandes familias de conexión: 4 pines PWM, 3 pines DC, 2 pines pequeños y 2 pines tipo Molex grande. Los de 4 pines permiten regular la velocidad con modulación por pulsos, un control preciso que mantiene estable la rotación incluso a mínimos muy bajos. Los de 3 pines no son PWM, pero la mayoría de placas modernas permiten controlar su velocidad variando el voltaje, con menos precisión en el mínimo pero suficiente para perfiles normales. Los de 2 pines pequeños pierden monitorización de RPM, y los Molex grandes reciben voltajes fijos (12/7/5 V), así que no admiten control desde la placa.

¿Cuál elegir? Si tu placa ofrece conectores de 4 pines y quieres curvas finas y silenciosas, ve a PWM. Si el precio manda y tu placa controla por voltaje con solvencia, un buen 3 pines irá de lujo. Fíjate en el rango: puede que un modelo PWM baje hasta 200-300 RPM, mientras su versión DC no baje de 500-600 RPM. Ese margen marca la diferencia entre un PC que desaparece al reposo y otro que siempre se oye un poco.

Preguntas rápidas frecuentes

¿Cuál es la gran ventaja de un 140 mm? A igualdad de diseño, mueve más volumen de aire a menos RPM, y suele generar menos ruido subjetivo. ¿Cuándo preferir 120 mm? Cuando necesitas presión estática para radiadores o disipadores densos; el 120 mm medio lo hace mejor que el 140 mm medio, salvo en modelos de alta gama de 140 mm.

¿Qué es exactamente la presión estática? Es la capacidad del ventilador de empujar el aire contra resistencias (filtros, aletas, rejillas). No se mide en CFM, sino en mmH2O, y es crucial para que el aire atraviese el radiador en vez de rebotar. ¿Sirve un 140 mm para un radiador? Sí, siempre que el modelo sea de presión o equilibrado y la AIO esté pensada para 140 mm. Y ojo: no todas las cajas aceptan 140 mm en todas las ubicaciones.

  Cómo evitar problemas de tamaño con el ventilador de la CPU

¿3 pines o 4 pines, quién gana? El de 4 pines por control, especialmente si quieres un PC silencioso con rampas precisas. El de 3 pines sigue siendo muy válido si tu placa regula por voltaje y el ventilador tiene un rango bajo decente; a menudo es la opción más económica con buen resultado.

¿Cuántos ventiladores instalar y cómo colocarlos?

Calidad antes que cantidad. Con 2-3 ventiladores buenos a bajas RPM sueles lograr más y mejor que con una batería de baratos a toda pastilla. Además, varios ventiladores económicos suman ruidos de motor y vibraciones que se hacen muy presentes, y complican ordenar y gestionar los cables dentro de la caja. Piensa que un buen ventilador durará más, será más silencioso y tendrá un mejor rodamiento y motor.

Ahora bien, si el presupuesto lo permite, llenar la caja de buenos ventiladores aporta una ventaja doble: más margen para bajar RPM sin perder rendimiento y más flexibilidad para perfilar el flujo interno. Al repartir el trabajo, consigues eficiencia con menos ruido y, cuando toque exigir, podrás subir vueltas sabiendo que el sistema tiene capacidad de sobra.

Orientación básica: frontal mete aire y trasero lo expulsa. En la parte superior hay debate; muchos preferimos que también saquen aire, reforzando el flujo frontal-trasero-superior. Lo importante es no mezclar en la misma zona intake y exhaust, y evitar turbulencias que rompan el flujo continuo.

Presión interna: positiva implica más entrada que salida; negativa, lo contrario; neutra, equilibrio. La negativa suele traer más polvo por huecos sin filtrar; la positiva puede acumular zonas calientes si no está bien distribuida. La recomendación general es buscar un equilibrio con ligera tendencia a neutro, filtrando las entradas.

Recuerda identificar el sentido del aire del ventilador: la cara con las varillas de soporte del motor suele ser la salida. Muchos ventiladores tienen flechas en el marco indicando dirección de giro y de flujo. Montarlos al revés es un clásico que arruina cualquier configuración por bien pensada que esté.

Ejemplos bien valorados del mercado

be quiet! Pure Wings 2: una opción asequible y silenciosa, con rodamiento Rifle bien resuelto. Disponible en 80, 92, 120, 140 mm y versiones high-speed, con y sin PWM. Para cajas y usos generales ofrecen un rendimiento muy digno y un motor discreto para su rango de precio, lo que los convierte en candidatos sólidos si priorizas silencio y coste.

be quiet! Silent Wings 3: de lo mejorcito. Usan rodamientos de fluido dinámico (FDB) genuinos, con una vida útil y suavidad excelentes. Destaca su rango: hay variantes que bajan de 300 RPM y suben hasta ~2.200, manteniendo una calidad acústica soberbia. La propia marca los monta en disipadores Dark Rock y en fuentes Straight/Dark Power, síntoma claro de su nivel.

be quiet! Light Wings: la apuesta RGB de la casa, en 120 y 140 mm. Combina iluminación vistosa con el enfoque tradicional de la marca en silencio y buena construcción, ideal si quieres estética sin renunciar a rendimiento.

be quiet! Shadow Wings 2 White: versión en blanco con rodamiento Rifle, a medio camino entre Pure Wings y Silent Wings. Para equipos donde la estética manda, mantienen el listón de baja sonoridad y ofrecen una opción coherente en calidad-precio.

Como ves, el mercado ofrece perfiles muy distintos incluso dentro de un mismo tamaño. La clave está en casar tamaño con propósito (caudal vs presión), entender cómo controlar las RPM (PWM o voltaje) y diseñar un flujo ordenado de frontal a trasera. Si eliges bien, tu PC respirará mejor, hará menos ruido y mantendrá el tipo en verano sin necesidad de que los ventiladores entren en modo turbina, y con buen mantenimiento sabrás cuando cambiar la pasta térmica.

Refrigeración líquida vs aire: ¿Cuál es mejor para el PC?
Artículo relacionado:
Refrigeración líquida vs aire: ¿Cuál es mejor para el PC?