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Solucionando problemas en la placa base: Guía completa

Actualizado a: 22 de abril de 2024

Por desgracia, es muy habitual que toda clase de problemas afecten a nuestra placa base. Y aunque es verdad que prácticamente cualquier componente de nuestro PC puede verse afectado por muy diversos contratiempos, es igual de cierto que la motherboard es el núcleo de casi cualquier composición. Es curioso, la verdad, pues en muchas ocasiones acaba siendo relegada a un papel secundario.

Debido al impacto de las tarjetas gráficas en la industria del gaming y el diseño gráfico, o la constante lucha de los procesadores, a veces queda en un segundo plano. No se le suele dar importancia, pero cumple con no pocas funciones capitales. Es, por lo tanto, una parte estructural vital en cualquier PC. Es por esto mismo que hoy queremos ofreceros una guía general en la que abordaremos algunos de los principales que puede sufrir una placa base.

Por supuesto, es imposible abordarlos todos. Hay muy distintos tipos de fallos, desde mecánicos hasta de funcionamiento interno. Así pues, si vuestra placa falla y probáis con todos estos consejos que os vamos a dar, es muy probable que necesitéis la ayuda de un profesional y/o cambiéis de placa base. Dicho esto, para el siguiente tema hemos usa<do varias fuentes y, al mismo tiempo, nuestra propia experiencia, aunque no podríamos continuar sin citar a ingameloop.

Dicho esto, os presentaremos algunas de las características claves de cualquier placa base, sus características y funciones, qué es, por qué puede fallar, etc. Es decir, os ofreceremos un repaso general y completo de todo lo que necesitáis saber sobre este importante componente. Con esto en mente, empezamos con una pregunta muy concreta: ¿Qué es una placa base?

Solucionando problemas en la placa base: qué es este componente

A grandes rasgos, una placa base, también llamada motherboard, es un componente físico de un ordenador. Es uno de los más importantes de todos, pues a ella se conectan tanto la memoria RAM como el procesador (CPU), tarjeta gráfica (GPU), periféricos, la fuente de alimentación y/o los discos duros de almacenamiento. En efecto, es una suerte de unidad central que hace las veces de punto de reunión entre muchos componentes para que todos funcionar de manera conjunta. Sin la placa base, no hay PC.

En general, hay muchas marcas de placa base, pero en la actualidad hay dos fabricantes que destacan por encima de los demás: Intel y AMD. Sin duda alguna, son las dos empresas que más renombre y prestigio tienen. Suelen justificarlo con productos de calidad, por lo que son dos opciones muy recomendables. Si queréis saber más, podéis consultar cualquiera de las siguientes guías y tutoriales.

Ahora bien, ¿qué es exactamente una placa base? Una placa base es un circuito impreso al que se pueden conectar otros muchos componentes de un ordenador. Para que estos puedan funcionar de manera óptima, deben haber sido escogidos teniendo en cuenta la potencia de cada uno de ellos, la compatibilidad, etc. Su función principal es conectar a estos elementos para asegurarse de que disponen de energía eléctrica y coordinar los flujos de información.

Cuáles son sus diferentes partes

Una placa base se divide, como tal, en diversas partes. Una de las más importantes es el zócalo, pues es a donde se conecta la CPU, por ejemplo, y es quien determina la compatibilidad entre componentes. En el caso de AMD, los zócalos del tipo AM5 solo pueden funcionar con procesadores con ese mismo tipo de encaje y, además, solo son compatibles con memorias RAM DDR5. Por eso es importante elegir con cuidado.

Además de este componente, una placa base también cuenta con lo que llamamos un chipset. Esto es un conjunto de circuitos electrónicos que se ocupan de gestionar las transferencias de datos. Del mismo modo, cuenta con ranuras para las memorias RAM, por lo que estás se conectan directamente a la placa base, y VRM, quien se ocupa de regular la velocidad de otros componentes. Por supuesto, también cuenta con conectores para transferir energía eléctrica a otros componentes.

Por si esto fuera poco, hay más. Seguro que habéis escuchado alguna vez hablar de los conectores SATA. Estos sirven para enchufar los discos duros de este tipo, pero también pueden tener conectores M.2, los cuales sirven para conectar discos duros con este tipo de salida. Suelen ser mejores y funcionar más rápido. En nuestras guías «Los SSD NVMe M.2 más rápidos para un rendimiento de alta velocidad» y «¿Puedo usar un SSD PCIe 4.0 NVMe en una ranura de placa base PCIe 3.0?» podréis encontrar más información al respecto.

Para terminar, podemos hablar de las tarjetas de sonido y de red. Tal y como su propio nombre indica, son los elementos que nos permiten que haya sonido y conexión en nuestro PC. Por supuesto, tienen otros componentes importantes, aunque estos son los más destacados junto con las entradas USB, HDMI, etc. En efecto, todas las ‘clavijas’ y ‘entradas’ que vuestra PC nacen, generalmente, de la placa base.

Diferentes tipos

Solucionando problemas en la placa base: Guía completa
Solucionando problemas en la placa base: Guía completa

Aparte, es necesario que sepáis distinguir el tipo de vuestra placa base. Aunque está claro que no podemos hablaros de cómo resolver problemas concretos de cada uno, puesto que no sería productivo, esto os puede ayudar muchísimo en algunos casos. Os recordamos, pues, que lo que queremos es explicaros todo lo que podéis necesitar saber para resolver los problemas más habituales y generales de vuestra placa base. Por lo tanto, diferenciar el tipo puede ser importante.

En ese sentido, los diferenciamos habitualmente por lo que llamamos el factor forma. Es decir, el diseño de la placa base. Aunque hay otros aspectos que podemos valorar, estos suelen ser los más determinantes. Dicho esto, hay dos modelos que no merece mucho la pena destacar, puesto que están en desuso y casi no se encuentran actualmente: las placas bases XT y las placas base AT. Se usaban antes de los 2000, así que dudo que tengáis una de estas, pero las menciono por si acaso.

Las otras que podemos encontrar, con diferentes modelos según el tamaño, son las ATX y las ITX. Las primeras, es decir, las placas base ATX suelen funcionar con conectores de energía de 24 pines. Es uno de los modelos más extendidos debido a su gran funcionalidad y hay distintas versiones. De hecho, hay tres variantes marcadas por el tamaño y la forma: micro-ATX, Mini ATX y E-ATX. El modelo ‘base’ suele tener un tamaño de 305 x 244 mm y cuatro ranuras para memoria RAM.

El otro modelo, también bastante extendido, son las placas base ITX, aunque las más populares son las miniITX cuando nos vamos a este tipo. Estas segundas son bastante pequeñas y son frecuentes en ordenadores con menos espacio. Suelen tener una medida de 170 x 170 mm, una o dos ranuras para RAM y una salida PCI.

Solucionando problemas en la placa base: ¿Por qué fallan?

En general, hay muy diversos motivos por los que una placa base puede dar problemas. Al ser componentes centrales, pueden tener desde problemas físicos que afecten a su conectividad con otros componentes hasta algunos de carácter más interno relacionados con, por ejemplo, una mala configuración de la BIOS. En general, aunque esto es solo arañar la superficie, podemos decir que la mayoría de problemas suelen dividirse dos etapas.

Una primera es aquella en la que el defecto es más bien superficial y se puede arreglar haciendo algún ajuste, cambiando ciertos elementos, limpiando una determinada zona, etc. Es decir, son errores menores que no tienen motivo para hacer que la placa base esté fuera de juego. Los otros son aquellos que son lo suficientemente graves como para que la placa base no pueda funcionar correctamente, o directamente no funcione, por la importancia de los mismos.

En general, una placa base puede fallar debido a diversas razones. Véase, por ejemplo, la acumulación de polvo, una mala gestión de la temperatura del PC en general, daños por líquidos o daños físicos, falta de energía eléctrica o subidas de tensión… Muchos de ellos se pueden solucionar de manera muy sencilla, mientras que otros tantos requieren de un esfuerzo algo mayor. Aparte, un fallo en la placa base puede hacer que otros componentes no rindan adecuadamente.

En general, aunque está claro que no es perfecto, muchos de estos defectos se pueden evitar o arreglar implementando un buen sistema de alimentación, limpiando el ordenador de polvo, usando componentes que eviten subidas de corriente eléctrica, etc. Para estos últimos a veces no hay arreglo, pero sí método preventivo: SAI. Es decir, unidades que regulan la electricidad que llega al PC.

Solucionando problemas en la placa base: fallos más habituales

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Con esto en mente, podemos profundizar un poco más en los fallos más habituales de una placa base. Estos son:

Sobrecalentamiento. Debido a diversos factores, incluido el polvo y las fluctuaciones de voltaje, el sobrecalentamiento de las placas base puede provocar que todo el sistema funcione a una temperatura superior a lo normal y no recomendable. Para arreglar o evitar este tipo de problemas, la única solución es instalar un sistema de refrigeración adecuado y limpiar el ordenador de cuando en cuando. Verificar que los disipadores no han acumulado polvo y que las rejillas de la caja pueden respirar puede ayudar mucho en esto. Si tu PC despide mal olor puede ser una señal de este problema.

Polvo. El polvo puede ser uno de los peores enemigos de casi cualquier ordenador. Afecta a su rendimiento más de lo que parece y puede provocar que diversos componentes se estropeen. Entre ellos, la placa base. La mejor manera de limpiarlo es usando un sistema de aire comprimido sin carga electroestática. Si soplamos, por ejemplo, podemos liberar residuos de nuestra boca que afecten a la placa. Un secador de pelo, por poner otra posibilidad, no es adecuado, pues el aire que emite puede contener restos o cierta carga estática que estropee los componentes más pequeños de la placa base.

Daño por líquido. Aunque es raro, puede pasar. Si algún líquido se derrama sobre la placa base, esta dejará de funcionar casi seguro. La mayoría de líquidos hacen que se produzcan cortocircuitos o que se inicien reacciones en los componentes. Si el daño no ha sido grave, o el PC estaba apagado, puedes intentar secarlo en una zona segura, pero es probable que no funcione y afecte a otros componentes.

Daños físicos. Este tipo de daños se suelen producir cuando movemos el PC de un sitio a otro, extraemos los componentes para cambiarlos, estamos limpiando, etc. Si sucede, es decir, si la placa base se lleva un golpe, lo más probable es que tengas que cambiarla, pues este tipo de daños son difícilmente reparables a nivel usuario. Profesionales podrían resolverlo, pero en la mayoría de casos es más conveniente cambiarla.

Carga energética. Si notas que tu placa base y tu PC no rinden como deberían, es posible que la fuente de alimentación no sea lo suficientemente potente. Esto afecta al rendimiento de todo el PC, no solo de la placa base. La mejor manera de comprobarlo es hacer un listado de todos tus componentes, calcular cuál es su consumo requerido y luego compararlo con tu fuente de alimentación Si el fallo se produce por una subida de tensión, es más complicado. Estas lo que producen es que el ordenador reciba una carga eléctrica demasiado alta, lo que puede provocar que algunos componentes incluso se ‘quemen’. Si falla por una subida de tensión, seguramente te tocará cambiar la placa. Este tipo de problemas se pueden evitar usando un SAI.

Componentes defectuosos. Por supuesto, una placa base puede estropearse si está funcionando junto con otros componentes defectuosos. Si por ejemplo unas de tus RAM no funciona bien y se calienta demasiado, ese calor se transmitirá a la placa base, lo cual afectará a su rendimiento general.

Mala configuración de la BIOS. Esto es raro, pero si te has comprado un PC y notas que no funciona bien, puede ser que la BIOS esté mal configurada o tenga algún ajuste que no casa del todo con el resto de tus componentes. Aquí las soluciones son demasiado variadas, puesto que cada ordenador es un mundo. No obstante, viene bien tenerlo en cuenta.

Cómo saber si la placa base está dañada y cómo prevenir estos fallos

Llegados a este punto estamos casi en el final de nuestra guía. Con esto en mente, nos toca hablar sobre cómo identificar si el daño está en la placa base y/o cómo podemos evitarlo. Lo primero, pro desgracia, es bastante complicado.

Las conexiones de la placa base son complejas, lo que dificulta identificar la causa exacta de un problema y resolverlo. En general, una buena manera de identificar los problemas es determinar la forma en que falla o las señales que da nuestro PC. Como ejemplos muy rápidos, podemos mencionar los puertos USB que fallan (síntoma de que la placa base tiene algún problema). Los códigos de error que salen en pantalla son la manera más fácil. Si escuchas algún pitido, esto puede ser un código, así que es interesante prestar atención.

Este enfoque es útil si tienes problemas como fallas en el módulo de memoria, pitidos, congelamiento del sistema, puertos que no funcionan o códigos de error que se muestran. Examinemos paso a paso todo el procedimiento y resolvamos el problema. Hay tres pasos que podemos seguir en ese sentido.

  1. Verificar la tensión eléctrica. Comprueba si la unidad de suministro de energía proporciona a tu placa base la cantidad de energía (electricidad) adecuada. La cantidad de energía que entra y sale una vez que se ha convertido de CA a CC. Siguiendo estas instrucciones, puedes determinar si hay un problema con la línea de transmisión y otros componentes.
  2. Escucha los pitidos. Antes de reemplazar cualquier pieza del PC, asegúrate de que esté completamente instalada. A veces podemos escuchar pitidos si algún módulo no está bien conectado. Los pitidos pueden avisarnos de esto y de otros problemas, pues a veces son un código interno del propio PC.

Por supuesto, estas son las dos opciones más sencillas. Lo más normal y recomendable sería consultar con un profesional, puesto que disponen de las herramientas y los equipos necesarios como para analizarlo todo. Los consejos y tips que os hemos dado están enfocados a nivel usuario, pues entendemos que tenemos limitaciones. Si el problema sobrepasa estas limitaciones, un especialista, servicio técnico, etc. es la mejor opción.

Solucionando problemas en la placa base: conclusiones

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En general, una placa base puede tener errores de distinta gravedad. No es uno de los componentes más caros del PC, por lo que cambiarla siempre es una opción, siempre y cuando sepamos que el problema es suyo. Para evitarlo, lo mejor es asegurarse de que la temperatura del PC es correcta, realizar mantenimientos habituales y limpiar el PC de polvo, por ejemplo, cada cierto tiempo.

Los problemas más habituales de casi cualquier placa base suelen proceder de una mala gestión de la temperatura; el sobrecalentamiento es una de las causas más habituales de fallos en el sistema. Puede ser, inclusive, que esto produzca que algunos componentes se quemen, por lo que es importante prestar atención. Usar los métodos de prevención que os hemos expuesto anteriormente puede ayudar a evitarlos, pero no todos pueden arreglar los defectos más problemáticos.

Marcos Wagih

Marcos Wagih

Amante de la informática y la tecnología desde pequeño, llevo dedicándome a esto tanto tiempo que ya ni me acuerdo. Especialista en gaming, tanto en consolas como en ordenadores, llevo formándome —y lo que me queda— más de 8 años en diferentes materias.

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