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Cómo elegir un portátil para fotografía

Actualizado a: 17 de noviembre de 2023

No es fácil saber cómo elegir un portátil para fotografía, pues hay un montón de componentes que tienen bastante importancia. Asimismo, las condiciones de cada uno son diferentes, siendo esta una de las mayores complicaciones que uno se puede encontrar a la hora de escoger entre un modelo u otro. Más allá del presupuesto, la fotografía se puede abordar desde distintas perspectivas.

Por ejemplo, no es lo mismo buscar un portátil en el que solo vayamos a editar fotos que uno en el que también entre la edición de vídeo, y viceversa. Aparte, también entra muy en juego el tema de la portabilidad. Si necesitáis llevarlo de un lado a otro, cuestiones como las de la pantalla tienen una importancia diferente, pudiendo escoger entre monitores complementarios o no.

Cada usuario es un mundo, siendo este el motivo por el que debéis entender que las pautas que os ofreceré a continuación no son un absoluto, sino una guía para que entendáis que podéis necesitar, qué podéis descartar, etc. Lo importante es que comprendáis, entendáis y determinéis cuáles son vuestras necesidades reales y que, a través de estas, seáis capaces de escoger el portátil que mejor se adapta a vosotros. Dicho esto, y antes de comenzar, un consejo: cuando vayñais a escoger la tarjeta gráfica y la CPU, buscad comparativas. Es la mejor manera de ver si el modelo que habéis visto os sirve y os gusta… O no.

Cómo elegir un portátil para fotografía: qué debemos tener en cuenta

La primera pregunta que tienes que hacerte es para qué vas a usarlo. Cuando nos planteamos esta cuestión, no obstante, lo más habitual es que necesitemos un portátil para guardar todas las fotos y, al mismo tiempo, editarlas. Es decir, que estamos buscando un ordenador que sea adecuado para edición fotográfica y de vídeo, válgase la redundancia. Si tu intención es usarlo como poco más que un sistema de almacenamiento en el que realizar retoques menores, lo más probable es que no necesites calentarte demasiado la cabeza.

Es decir, que un portátil modesto será más que suficiente. Pese a ello, te recomiendo que sigas leyendo el presente tema, pues aunque vayas a por lo mínimo, podrás entender cuáles son las características más importantes de un PC adecuado para fotografía. Eso por un lado. Por el otro, si estás buscando una herramienta de carácter algo más profesional, es muy posible que necesites realizar una inversión mayor.

La CPU es lo más importante

Cómo elegir un portátil para fotografía
Cómo elegir un portátil para fotografía

Dicho esto, debemos entender cuáles son los componentes más importantes. En este caso, la CPU es la pieza a la que más pieza que más atención debemos prestarle. A fin de cuentas, es la que más impacto tendrá en el rendimiento de nuestro ordenador. Es el cerebro y, por lo tanto, es el principal responsable de que todo funcione adecuadamente. Al menos en este ámbito. Si no tienes un buen procesador, no importa que tengas la mejor gráfica del mercado o 64 GB de RAM, pues no servirá.

El problema es que establecer un estándar es bastante complejo. Personalmente, siempre os recomendaré que echéis un ojo a distintos benchmarks, como el de PassMark, pues suelen ordenar de manera bastante precisa la capacidad y el rendimiento de las diferentes CPU tipo mobile. Es decir, de ordenadores portátiles. Pese a ello, entiendo que este concepto puede resultar complicado, y es por eso que también os daré algunas pautas.

Personalmente, considero que no deberíais optar por un procesador, mínimo, Intel Core i5 o AMD Ryzen 5. Del mismo modo, no deberían tener menos de 4 núcleos y 8 hilos de ejecución, siendo esta una buena base de la que partir. Como norma general, si los test de rendimiento dicen que es bueno en tareas multinúcleo, más que mejor. Ahora bien, este es el mínimo que os recomendaría.

Ya que la edición fotográfica y, esencialmente, la de vídeo son bastante exigentes, optar por una CPU más potente suele ser lo ideal. Por supuesto, será más caro, pero un Intel Core i7 o un AMD Ryzen 7 os dará, como norma general, más rendimiento. No es un absoluto, y siempre es mejor revisar las características de cada modelo de manera individual, pero es una referencia bastante genérica que os ayudará a elegir entre diferentes portátiles.

La tarjeta gráfica no es tan clave, pero…

Otra pieza que puede daros problemas a la hora de escoger un portátil u otro es la GPU, es decir, la tarjeta gráfica. A fin de cuentas, existen muchos modelos y, además, podemos diferenciar entre dedicadas e integradas. Las primeras son las clásicas NVIDIA GeForce modelo tal, mientras que las segundas suelen ser Intel Graphic HD. ¿Cuál es la diferencia? Que la primera es un componente aparte que se integra con el resto de piezas, mientras que la segunda es mucho menos potente.

La pregunta entonces es… ¿Cuál necesito? Depende de los programas y de la potencia de estos. En general, no suelo recomendar que uséis una tarjeta gráfica integrada debido a que es muy fácil que el ordenador se os quede corto más pronto que tarde. Especialmente porque muchos programas se apoyan en estas a la hroa de funcionar. Pese a ello, no es algo realmente indispensable, por lo que dependerá mucho de vuestras condiciones individuales.

Ahora bien, una GPU dedicada os puede agilizar mucho el trabajo y hacer que tanto la edición fotográfica como la de vídeo sean mucho más rápidas. ¿Cuál nos interesa? Teniendo en cuenta los precios que se manejan en estos tiempos, considero que un portátil con una tarjeta gráfica de NVIDIA de la serie 20XX es bastante más que suficiente. Por supuesto, también sirven los equivalentes de AMD, aunque es verdad que la presencia de NVIDIA suele ser superior.

Lo dicho, esta decisión depende de lo que vayáis a hacer, de los programas que vayáis a utilizar, etc. Siendo sincero, os recomendaría que, si sabéis con qué queréis trabajar, consultéis sus requisitos recomendados en las webs oficiales de los fabricantes. De hecho, es muy posible que ni necesitéis una serie 20XX y que menos os sobre. Depende. Lo que sí quiero recordaros es que lo ideal es que sea siempre dedicada, nunca integrada, porque esto os podría acabar dando problemas.

La manera fácil de saber si un modelo nos sirve o no es ver si su denominación incluye NVIDIA GTX, NVIDIA RTX (solo si necesitamos más potencia, y en principio con 20XX nos sirve), NVIDIA Quadro, AMD FirePro o AMD Radeon.

Cómo elegir un portátil para fotografía: la RAM y el almacenamiento tienen mucho qué decir

Cómo elegir un portátil para fotografía

Todo el mundo sabe, más o menos, que es la memoria RAM, por lo que entiendo que este apartado os resultará mucho más sencillo de entender. A fin de cuentas, con decir «cuál es la RAM mínima que necesito» ya os estaré dando la respuesta que necesitáis, porque el modelo no es tan importante. Por supuesto, hay marcas y piezas de mayor calidad, pero entiendo que esto puede ser complicado de sobrellevar cuando sumamos la GPU y la CPU a la ecuación.

Es por esto mismo que me voy a limitar a daros valores. Más concretamente, os diré que vais a necesitar unos 32 GB de RAM para funcionar sin problema, pero volvemos a depender de los programas. Por ejemplo, si solo vais a trabajar en edición de fotos con programas como Photoshop, con 16 GB podéis tener más que suficiente. Y aunque parezcan muchos, pensad que esta extensión de Adobe consume muchos recursos.

¿Y por qué hablo de 32 GB entonces? Pues porque esta es una referencia que debemos tener en cuenta cuando queremos lanzarnos al mundo de la edición de vídeo, esencialmente en 4K. Si vais a usar una resolución menor, esos 16 GB serán más que suficientes, aunque al ordenador le costará más procesar la información en función de la resolución del vídeo. Una vez más, depende, pero será entre 16 y 32 GB. Sea como fuere, tal y como habéis podido comprobar, no es lo mismo buscar un portátil para fotografía en el que solo vamos a editar fotos, vídeos, ambos o ninguno.

El SSD siempre es la respuesta

Pese a ello, sea cual sea vuestro objetivo, no os recomendaría comprar un ordenador portátil que no tenga al menos 512 GB de memoria SSD. Teniendo en cuenta que se ha estandarizado muchísimo, su precio ya no es tan alto, y creo que menos espacio os va a dar problemas. Ahora bien, con 512 GB puede que os acabéis quedando cortos, sobre todo si la calidad de vuestras fotos y vídeos es muy alta.

Aunque pueda parecer lo contrario, suelen consumir bastante espacio, por lo que 1 TB sería lo ideal para que no tengáis que preocuparos de este tema a corto ni medio plazo, o pensar en soluciones alternativas como un disco duro externo adicional. Lo ideal sería que esta memoria SSD tenga una interfaz NVMe 2.0 como mínimo, ya que podréis trabajar a buen ritmo sin tener que esperar demasiado tiempo para que la información pase de un dispositivo a otro.

Pantallas y puertos

Otros dos aspectos que vais a tener que tener en cuenta son la pantalla y los puertos. Respecto a los segundos, lo ideal es que incluya al menos una salida HDMI, varios USB, si son 3.0 mejor, así como una salida Thunderbolt 3 o USB-C, sobre todo pensando en la evolución tecnológica. Es decir, que vais a necesitar varias salidas para poder trabajar con todos los elementos externos que usaréis. En vuestro caso, posiblemente sean bastantes.

De hecho, en ese sentido el HDMI puede ser importante. Encontrar un portátil que cumpla todas las condiciones anteriores y venga con una buena pantalla puede ser complicado. Muy complicado. Por ejemplo, si queréis editar vídeos en 4K, necesitaréis una pantalla con esa resolución para trabajar mejor, pero será muy complicado que encontréis un portátil capaz de adecuarse a todos estos elementos de manera simultánea a un buen precio. Si lo lográis, genial, pero es bastante raro.

Es por esto que no es nada raro que los profesionales del sector trabajen con un monitor externo según qué condiciones, aunque aquí el factor portátil pierde mucho peso. ¿Merece la pena adquirir un portátil en el que vamos a usar una pantalla externa para trabajar? Dependerá de vosotros y de la resolución/calidad de imagen con la que queráis operar. Pensadlo bien. Dicho esto, ¿cuáles son los estándares? Pues depende.

Lo que sí debéis valorar es que la resolución se ajuste a lo que queréis, pero el ideal sería una pantalla de al menos 14 pulgadas cuyo panel sea (sí o sí) IPS y que sea, por ejemplo, QHD. Si la pantalla tiene un panel que no sea IPS, seguramente no os interese. Si encontráis una OLED, 2K, etc. que os rente, genial, pero tened mucho cuidado al elegir. Por desgracia, no hay un estándar general, pues depende mucho de lo que se vaya a hacer y el formato del trabajo.

Cómo elegir un portátil para fotografía: conclusiones

Cómo elegir un portátil para fotografía

Como habréis podido comprobar, y por desgracia, no es tan fácil escoger un buen portátil para fotografía, pues que hay muchos factores que pueden alterar la decisión: edición de foto, edición de vídeo, resolución con la que se trabaja, presupuesto, programas que se vayan a utilizar… Es por esto mismo que las pauta que os he dado son generales y muestran alternativas según lo que estéis buscando.

Lo que sí os recomiendo en casi todos los casos es que escojáis un sistema operativo que se ajuste a vuestra interfaz. Antaño, MAC parecía ser la única opción para los profesionales de este sector, pero no es así. Es por esto mismo que os digo que uséis el sistema operativo que mejor se adapte a vuestro entorno. Si usáis muchos dispositivos de Apple, seguramente os interese un ordenador de la marca, mientras que si trabajáis con un entorno más variado, Windows os dará la respuesta que buscáis.

Este aspecto es mas personal, pero considero que un ordenador con Windows es bastante mejor debido a que nos permite elegir con mucha más soltura la tarjeta gráfica, el preocesador, la memoria RAM, el tipo de almacenamiento, etc. De hecho, el presente tutorial lo he orientado desde la perspectiva de un Windows, siendo necesario encontrar un equivalente para MAC si estábais pensando en uno de estos. Sea como fuere, si me preguntáis a mí, os diré Windows 10.

Marcos Wagih

Marcos Wagih

Amante de la informática y la tecnología desde pequeño, llevo dedicándome a esto tanto tiempo que ya ni me acuerdo. Especialista en gaming, tanto en consolas como en ordenadores, llevo formándome —y lo que me queda— más de 8 años en diferentes materias.

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