Tecnología QD‑OLED: qué es, cómo funciona y por qué es diferente

Última actualización: 11 de agosto de 2025
Autor: Isaac
  • QD‑OLED combina OLED azul y puntos cuánticos para eliminar filtros RGB, ganar brillo y color sin perder negros puros.
  • Frente a QLED (LCD), ofrece autoemisión con contraste infinito; frente a W‑OLED, mejora el volumen de color y los picos HDR.
  • Segunda generación: hasta ~2.000 nits, menor consumo y más fiabilidad, con IA para mantener saturación a alto brillo.

Tecnología QD-OLED explicada

La tecnología QD‑OLED ha irrumpido para juntar lo mejor del mundo OLED con la precisión cromática de los puntos cuánticos. Si te interesan los televisores y monitores de gama alta para cine en casa, series o gaming, verás este nombre por todas partes; la clave es entender qué resuelve, qué mantiene de OLED y qué aporta de nuevo frente a QLED y otras variantes que suenan parecido.

En las siguientes líneas te contamos con detalle qué es QD‑OLED, cómo funciona y en qué se diferencia de OLED y QLED, además de sus ventajas en brillo, color y ángulos, sus riesgos potenciales (como el burn‑in), la evolución de segunda generación y qué modelos reales existen ya en el mercado. También revisamos el caso de uso en juegos, plataformas de streaming 4K HDR y contenido en UHD Blu‑ray.

¿Qué es la tecnología QD‑OLED?

QD‑OLED (Quantum Dot‑OLED) es un tipo de panel autoemisivo que combina una matriz OLED con una capa de puntos cuánticos. Frente a los OLED blancos tradicionales (W‑OLED), en QD‑OLED la emisión base es azul, y los puntos cuánticos convierten parte de esa luz azul en rojo y verde. Así se elimina el filtro de color RGB típico de W‑OLED, lo que reduce pérdidas de luz y permite más brillo y volumen de color.

Esta aproximación busca conservar los negros perfectos y el contraste infinito del OLED al tiempo que persigue un color más saturado y estable a altos niveles de luminancia gracias a los Quantum Dots. En la práctica, la imagen gana punch en HDR sin sacrificar la profundidad de los negros ni el control píxel a píxel.

Cómo funciona QD‑OLED en detalle

qd-oled

El corazón del panel es una matriz OLED que emite luz azul. Encima se imprime una lámina de nanocristales (puntos cuánticos) de alta eficiencia. Al excitarse, los puntos cuánticos modifican la longitud de onda de parte de esa luz azul para generar rojo y verde, completando así los tres primarios RGB necesarios para construir la imagen sin filtros.

Los puntos cuánticos son nanocristales semiconductores cuyo comportamiento está regido por la mecánica cuántica. Su tamaño y forma determinan el color que emiten, de modo que controlando el proceso de fabricación se obtienen partículas que cubren con precisión el espectro visible. Esta técnica, ya explotada por Samsung en QLED, se aplica aquí sobre una base OLED azul.

Eliminar el filtro de color RGB aporta dos beneficios claros: se reduce la absorción de luz (más brillo útil) y se amplía la pureza cromática (mejor cobertura de espacios de color y mayor volumen a altos nits). Además, al ser autoemisivo, QD‑OLED mantiene el encendido/apagado independiente de cada píxel.

Diferencias entre QD‑OLED, QLED y OLED (y la mención a QD‑LED)

  • OLED (W‑OLED) clásico: la matriz emite luz blanca y un filtro RGB crea los colores. Ventajas: negros puros y contraste excepcional. Inconvenientes: el filtro resta brillo y limita algo el volumen de color a altos nits.
  • QLED: pese al nombre, es una evolución de LCD. Usa retroiluminación LED con una capa de Quantum Dots para mejorar color, pero no es autoemisivo. Ventajas: altos picos de brillo y precios más contenidos en ciertas gamas. Inconvenientes: negros menos puros y dependencia de atenuación local.
  • QD‑OLED: matriz OLED azul + Quantum Dots para generar rojo y verde. Ventajas: negros OLED con mayor brillo y color al eliminar filtros. Inconvenientes: comparte algunos retos del OLED, como la posible retención/quemado a largo plazo, especialmente ligado al canal azul.
  • QD‑LED: algunas fuentes mencionan que QD‑LED sería autoemisivo con puntos cuánticos emitiendo luz por sí mismos, una vía todavía en desarrollo que podría ir más allá de OLED en el futuro. Importante no confundir términos: lo comercial hoy es QD‑OLED; QLED sigue siendo LCD con puntos cuánticos.
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Calidad de imagen: color, contraste y HDR

La promesa clave de QD‑OLED es un color más puro y estable a altos niveles de brillo, algo que se nota especialmente en contenido HDR bien masterizado. La iluminación azul de base y la conversión selectiva a rojo y verde por Quantum Dots reduce pérdidas y mejora la saturación en highlights intensos.

En contraste, QD‑OLED mantiene el “negro absoluto” y el control píxel a píxel del OLED. Los valores típicos de contraste nativo citados para estos paneles alcanzan ratios de 1.000.000:1. Con negros tan profundos, las zonas luminosas deben elevarse lo suficiente para sostener la relación de contraste, y ahí el extra de brillo de QD‑OLED marca diferencias frente a W‑OLED.

El alto rango dinámico (HDR) se beneficia doblemente: más luminancia de pico y colores que no se lavan a medida que sube el brillo. El resultado son imágenes con más punch, gradaciones finas y espectaculares luces especulares sin perder naturalidad en tonos medios y sombras.

Gaming y tiempos de respuesta

En videojuegos, QD‑OLED brilla –literal y figuradamente–. Al ser autoemisivo, el panel responde de forma casi instantánea: se habla de tiempos por debajo de 1 ms, equiparables a OLED convencional y claramente por delante de la mayoría de soluciones basadas en LCD/LED.

Si juegas en 4K con HDR, un panel QD‑OLED te permite aprovechar toda la estética del juego: colores vivos, sombras con detalle y luces potentes que refuerzan la profundidad, sin el “apagado” o el lavado de color que se aprecia en algunos paneles menos capaces.

Los monitores QD‑OLED para PC y las Smart TV compatibles con HDMI 2.1 sacan partido de altas tasas de refresco y funciones de baja latencia. En el terreno de las teles, hay modelos con menús de juego, ajustes como reducción de desenfoque, ecualizador de negros, retícula y soporte para 4K a 120 fps, algo especialmente bien integrado con consolas como PS5.

Brillo máximo: de 1.000–1.500 nits a casi 2.000 nits

Una de las grandes novedades de QD‑OLED fue romper el techo de brillo del OLED tradicional. Mientras que muchos W‑OLED se movían alrededor de 800 nits en picos, QD‑OLED empezó apuntando a 1.000–1.500 nits, elevando la pegada del HDR.

La segunda generación ha ido más allá: Samsung ha comunicado que sus paneles QD‑OLED de 2023 son capaces de rozar los 2.000 nits de pico sin degradar el color, un salto notable que acerca la experiencia HDR de un autoemisivo a cifras antes reservadas a LCD con mucha potencia de retroiluminación.

Esto se alinea con especificaciones cada vez más exigentes en estándares como DisplayHDR True Black, abriendo la puerta a brillos puntuales altos manteniendo negros perfectos, algo que beneficia tanto cine como videojuegos y deportes.

Vida útil, retención y quemado de pantalla

Los fabricantes de OLED han llegado a citar durabilidades teóricas muy elevadas (por ejemplo, años de uso moderado antes de que el brillo máximo caiga a la mitad), pero la experiencia real depende mucho del uso, contenidos estáticos y gestión térmica.

Frente a QLED (LCD), OLED y QD‑OLED comparten el potencial riesgo de burn‑in, especialmente por la degradación del canal azul. Aunque en QD‑OLED se han eliminado subpíxeles blancos y se optimiza la matriz para mejorar la longevidad, la cautela sigue siendo razonable si dejamos logos o marcadores fijos durante muchas horas.

La buena noticia es que los paneles QD‑OLED de segunda generación han mejorado la fiabilidad. Samsung habla de una vida útil más larga, menor probabilidad de retenciones y el doble de fiabilidad respecto a su primera hornada, además de un consumo inferior. También se mencionan mejoras de gestión térmica y algoritmos de reparto de carga para minimizar quemados.

Ángulos de visión y uniformidad

Otra ventaja clave de QD‑OLED está en los ángulos. Mientras que en muchas teles QLED el punto dulce es frontal, OLED mantiene nitidez y color desde ángulos amplios (se citan valores alrededor de 84°), y QD‑OLED hereda e incluso mejora esta cualidad al emitir la capa QD en todas direcciones con gran uniformidad.

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Esto importa en salones con asientos laterales o cuando ves contenido en grupo, porque la caída de brillo o el viraje de color es mínima comparada con alternativas basadas en LCD, incluso con paneles VA de alto contraste.

Eficiencia energética, reflejos y luz azul

Al prescindir de filtros de color, QD‑OLED aprovecha mejor la luz emitida, lo que permite alcanzar más brillo con menos energía para un mismo nivel de luminancia percibida. En la segunda generación, Samsung asegura además consumos más bajos frente a sus modelos anteriores.

Algunos fabricantes han incorporado capas antirreflejos muy efectivas que limitan los deslumbramientos en estancias luminosas y, según la marca, se reduce también la fatiga visual asociada a la luz azul. Todo suma para una experiencia más cómoda en maratones de series o sesiones de juego largas.

Precio y disponibilidad: ¿cuánto cuesta subirse al tren?

Como toda tecnología de vanguardia, QD‑OLED llegó con precios elevados. En el arranque, muchas teles QD‑OLED se movían entre 1.500 y 2.000 euros según tamaño y gama, por encima de muchos OLED tradicionales.

Hay casos que se van bastante más arriba, como la Sony Bravia XR‑65A95L, que se ha visto por encima de los 3.000 euros. Es un ejemplo claro de que, por ahora, QD‑OLED sigue situado en la franja premium, aunque con el tiempo los precios tienden a normalizarse.

Entre los modelos comerciales recientes destacan las Samsung S95D y S90D, y la Sony A95L. En la primera oleada, Sony fue la primera en anunciar un televisor con panel QD‑OLED de Samsung, el Master Series A95K en 2022, marcando un hito al ser un fabricante distinto al productor del panel quien se adelantara en escaparate.

Evolución y competencia en la industria

evolución OLED

La presentación oficial de los paneles QD‑OLED de Samsung marcó un antes y un después. Su llegada puso en jaque la hegemonía de LG en grandes formatos OLED, dando a marcas como Sony, Panasonic o Philips una alternativa de suministro en el universo OLED.

En paralelo, LG no se ha quedado quieta: su tecnología MLA (Meta‑lit Lens Array) en W‑OLED de 2023 ha permitido anunciar picos de hasta 2.100 nits. La competencia directa entre W‑OLED con MLA y QD‑OLED con mejoras de segunda generación es una gran noticia para el usuario final.

Más allá del hardware, Samsung ha enfatizado un procesado con IA que evalúa a la vez brillo y colorimetría para mantener la saturación cuando sube el brillo. Según la compañía, la luminancia asociada a los primarios RGB sería un 130% superior frente a su primera hornada de paneles, con eficiencia y fiabilidad mejoradas.

Qué promete y qué tiene que demostrar todavía

Aunque la teoría pinta de fábula, el rendimiento real en casa aún está por comprobar. Es importante verificar en cada modelo si la gestión del subpíxel azul evita degradaciones prematuras, cómo resisten retenciones con elementos estáticos y si los picos cercanos a 2.000 nits se sostienen en ventanas relevantes sin comprometer el color.

También hay que observar el equilibrio entre brillo sostenido y control térmico, así como el papel del procesado en la estabilidad del color a altos nits. La buena noticia es que la segunda generación ya apunta a mejoras tangibles en fiabilidad y consumo, y que la competencia con W‑OLED MLA está empujando el listón más arriba.

Usos reales: cine, series, TDT, streaming y Blu‑ray

Si tu prioridad es contenido 4K con HDR, QD‑OLED es ideal para ese ámbito. En plataformas como Netflix, Max, Prime Video o Disney+, los másters HDR sacan partido del brillo de pico y el volumen de color extra, con negros que siguen siendo de referencia.

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Para TDT (SD o HD comprimido) no es el uso más recomendable, porque el contenido limita más que el panel; aun así, los motores de escalado ayudan, pero la verdadera diferencia se nota con material UHD o 4K HDR.

Si aún tienes una colección de UHD Blu‑ray, podrás beneficiarte de ventajas como una mayor gama de colores, contraste de vértigo y metadatos HDR bien aprovechados. Los detalles finos en la imagen y las bandas sonoras se aprecian especialmente en entornos controlados de luz.

Monitores y televisores QD‑OLED para jugar

QD-OLED monitores

Los monitores QD‑OLED para PC están ganando terreno gracias a su respuesta instantánea, contraste absoluto y vivacidad cromática que realza el contenido HDR nativo. Para eSports y juegos competitivos, la inmediatez es un valor añadido.

En televisores, los modos de juego específicos y el soporte de HDMI 2.1 con VRR, ALLM y 4K120 son habituales en modelos de gama alta. Además, algunos cuentan con funciones como reducción de desenfoque, ecualizador de negros o crosshair para mejorar la experiencia según el género de juego.

Detalles técnicos que marcan la diferencia

El cambio de W‑OLED a QD‑OLED elimina el cuello de botella del filtro RGB. Es una modificación en la arquitectura del panel: al no absorber luz, este puede dedicar más luminancia al contenido, logrando picos más altos y mejor color.

El control en la fabricación del tamaño de los puntos cuánticos es fundamental para ajustar los tonos con precisión. Samsung, con experiencia en QLED, facilita una capa QD eficiente y estable en la reproducción cromática a lo largo del tiempo.

En cuanto a uniformidad y ángulos amplios, la emisión difusa de la capa QD hace que la experiencia sea consistente incluso fuera del eje, lo cual es muy valorado en entornos reales con diferentes perspectivas visuales.

El procesado mediante algoritmos con IA busca mantener colores intensos y evitar el clipping en escenas HDR, logrando una percepción natural en luces y sombras incluso en contenidos muy dinámicos.

Modelos y panorama actual

La oferta de televisores QD‑OLED sigue en expansión, aunque todavía es limitada. Entre los modelos más reputados están las Samsung S95D/S90D y la Sony A95L. La Sony A95K de 2022 fue pionera en lanzar un televisor con panel QD‑OLED de Samsung, marcando la presencia en el mercado.

Los precios continúan siendo elevados, pero la competencia y el avance técnico facilitarán una mayor accesibilidad en el futuro. Para quienes buscan un nivel superior de contraste y un mayor impacto en HDR, QD‑OLED es una opción puntera.

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El despliegue actual incluye modelos como la Samsung S95D/S90D y la Sony A95L. La llegada de estos dispositivos supone una evolución importante del OLED, mejorando capacidades como brillo y volumen de color, sin perder los beneficios de negros profundos y buena respuesta.

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Evolución y competencia en la industria

La presentación oficial de los paneles QD‑OLED de Samsung marcó un antes y un después. Su llegada puso en jaque la hegemonía de LG en grandes formatos OLED, dando a marcas como Sony, Panasonic o Philips una alternativa de suministro en el universo OLED.

En paralelo, LG no se ha quedado quieta: su tecnología MLA (Meta‑lit Lens Array) en W‑OLED de 2023 ha permitido anunciar picos de hasta 2.100 nits. La competencia directa entre W‑OLED con MLA y QD‑OLED con mejoras de segunda generación es una gran noticia para el usuario final.

Más allá del hardware, Samsung ha enfatizado un procesado con IA que evalúa a la vez brillo y colorimetría para mantener la saturación cuando sube el brillo. Según la compañía, la luminancia asociada a los primarios RGB sería un 130% superior frente a su primera hornada de paneles, con eficiencia y fiabilidad mejoradas.

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