Cómo usar una cámara térmica para detectar puntos calientes en tu PC

Última actualización: 14 de octubre de 2025
Autor: Isaac
  • La termografía permite ver anomalías térmicas que no se aprecian a simple vista y anticipar fallos antes de que sean críticos.
  • Comparar elementos equivalentes y medir bajo carga real es clave para interpretar cada foco caliente con criterio.
  • Evitar errores de emisividad, paletas engañosas y baja resolución asegura diagnósticos fiables.
  • Cuando hay riesgo eléctrico o dudas, conviene recurrir a un servicio profesional de termografía.

thermal camera

La idea es sencilla pero potente: con una cámara térmica puedes observar cómo se reparte el calor dentro del PC y localizar en segundos aquello que se calienta más de la cuenta. En la práctica, esta técnica destapa desde disipadores mal ajustados hasta circuitos de regulación de voltaje estresados, ventiladores atascados por polvo o conectores con mal contacto. Gracias a esta lectura visual del infrarrojo, anticipas fallos y evitas sustos que van desde caídas de rendimiento hasta apagados inesperados.

Además, la termografía es no invasiva y no requiere tocar los componentes. Basta con abrir el lateral, poner el sistema en carga y observar. Aun así, conviene hacerlo con cabeza: no todo lo que brilla en la imagen es una avería y no cualquier diferencia térmica es peligrosa. En esta guía aprenderás a usar una cámara térmica para revisar tu PC con criterio técnico, apoyándote en procedimientos profesionales y en buenas prácticas de seguridad.

Por qué los puntos calientes importan en un PC

Un punto caliente es una zona con temperatura anormalmente elevada frente a su entorno inmediato. En un ordenador, suele aparecer en CPU, GPU, VRM de la placa base, chips de la memoria de la gráfica, SSD M.2, chipsets, convertidores DC DC, conectores de alimentación o incluso en el interior de la fuente. Cuando se mantienen elevadas, las temperaturas aceleran el envejecimiento de los componentes, pueden causar estrangulamiento térmico y favorecen fallos intermitentes.

Si no se detectan a tiempo, estos focos pueden traducirse en comportamientos molestos y en ocasiones peligrosos. Entre los efectos más habituales se encuentran artefactos gráficos en juegos, reinicios aleatorios, pérdida de rendimiento sostenido, errores de lectura en unidades y, en escenarios extremos, riesgo de degradación del aislamiento y posibilidad de chispas en conexiones flojas o deterioradas.

  • Estrangulamiento térmico por CPU o GPU alcanzando límites de seguridad.
  • Inestabilidad por VRM sobrecargados o descompensados.
  • Errores de almacenamiento en SSD M.2 sin disipación o con almohadillas mal colocadas.
  • Conectores que calientan en exceso por mal contacto, suciedad u oxidación.

Cómo funciona una cámara termográfica aplicada al PC

cámara térnica

Estas cámaras captan la radiación infrarroja emitida por los objetos y la representan en una imagen falsa color donde cada tonalidad corresponde a un rango térmico. Lo útil no es el color en sí, sino el contraste relativo y las mediciones asociadas. Dicho de otro modo, el valor está en comparar zonas equivalentes y entender por qué una se calienta más que otra.

En un PC, muchos materiales son reflectantes a nivel infrarrojo, lo que puede engañar a la cámara. El brillo metálico del IHS del procesador, la carcasa de un disipador o el blindaje de un M.2 pueden reflejar calor de elementos cercanos. Para minimizar errores, ajusta la emisividad en la cámara y, cuando sea necesario, usa un pequeño trozo de cinta mate o pintura negra mate para obtener lecturas más fiables, y consulta materiales de alta conductividad como el cobre‑diamante.

Seguridad y preparación antes de empezar

La termografía es una técnica de diagnóstico visual, pero la seguridad manda. Trabaja con el PC sobre una superficie estable, descarga tu electricidad estática con una pulsera ESD y evita tocar componentes mientras están energizados. Si no tienes experiencia, no manipules conexiones con el equipo encendido y no retires protecciones de la fuente de alimentación.

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Recuerda los avisos habituales de los fabricantes de instrumentos: las herramientas térmicas no sustituyen los manuales ni los procedimientos de seguridad. Antes de utilizar cualquier instrumento, revisa sus instrucciones, hojas de seguridad y cumple las normas de tu organización además de la formación requerida. Si necesitas soporte humano o tienes dudas sobre el uso, acude a los canales de contacto o de ventas del fabricante. Y no olvides que los asistentes virtuales pueden equivocarse y que debes validar la información crítica.

Ajustes esenciales en la cámara

Para obtener imágenes útiles, prepara la cámara con una configuración coherente. Un buen punto de partida en un PC de escritorio es un rango entre 20 y 80 grados, ajustándolo después según lo que observes. Si todo te aparece del mismo color, reduce el span térmico; si saturas la imagen, amplíalo.

  • Enfoque y distancia: asegúrate de que los componentes clave se ven nítidos; una imagen borrosa oculta microzonas calientes.
  • Emisividad: configura un valor adecuado a plásticos, PCB y superficies mate; para metales pulidos, apóyate en cinta mate.
  • Paleta de colores: elige una que te facilite distinguir contrastes; no todas las paletas resaltan las mismas sutilezas.
  • Puntos de medida y termómetro de cuadro: activa el spot central o multispot para leer cifras y no quedarte solo en los colores.
  • Lente limpia y resolución suficiente: una lente sucia o un sensor muy limitado ocultan detalles finos que marcan la diferencia.

Procedimiento paso a paso para escanear un PC bajo carga real

El principio básico para que la termografía tenga sentido es que el equipo esté trabajando de verdad. Con el PC en reposo, es posible que no aparezcan diferencias térmicas relevantes y pases por alto el origen de tu problema. Sigue un flujo ordenado para que el diagnóstico sea repetible.

  1. Genera carga representativa: ejecuta una tarea que reproduzca tu uso real. Puedes estresar CPU con un render o compilación, GPU con un benchmark 3D y SSD con una copia pesada o un test de escritura. Mantén la carga durante varios minutos hasta estabilizar temperaturas.
  2. Accede al interior con precaución: retira el panel lateral y garantiza un flujo de aire similar al habitual. Evita introducir herramientas o manos cerca de ventiladores en movimiento y no apoyes la cámara sobre el hardware.
  3. Ajusta el rango de temperatura: comienza con 20 a 80 grados. Si ves todo frío, baja el límite superior; si saturas en blanco, súbelo.
  4. Realiza un barrido lento y ordenado: recorre de arriba abajo y de atrás hacia delante. Observa CPU, zona VRM, módulos de memoria, M.2, gráfica, conectores de alimentación y ventiladores. Acércate lo suficiente para distinguir componentes individuales.
  5. Compara elementos iguales: fases de VRM entre sí, chips de memoria de la GPU, módulos RAM, SSDs y ventiladores gemelos. Una diferencia marcada puede indicar un desequilibrio. Como guía, una desviación sostenida por encima de 10 a 15 grados frente a sus equivalentes es sospechosa.
  6. Captura y documenta: guarda imágenes térmicas y, si tu cámara lo permite, fotos visibles asociadas. Anota carga, temperatura ambiente y acciones realizadas. Después podrás repetir la prueba tras limpiar, reapretar o sustituir piezas.

Cómo interpretar lo que ves sin caer en trampas

No todo foco caliente es una avería. La CPU y la GPU son los reyes del calor y deben destacar. La clave está en el contexto y la simetría. Si un VRM concreto se calienta mucho más que sus vecinos, si un módulo RAM arde frente al contiguo o si un chip de la gráfica rompe la homogeneidad, ahí hay pista.

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También importan la proximidad y la conducción térmica. Un cable rozando un disipador puede parecer caliente por transferencia y no por mal contacto. Del mismo modo, un reflejo del IHS o de una chapa brillante puede hacerte creer que hay una zona al rojo vivo cuando en realidad es el entorno reflejado. Por eso conviene validar con emisividad ajustada, cinta mate y lectura de punto.

En SSD M.2 presta atención a las almohadillas térmicas y a los backplates; consulta el BiWin Mini SSD 1517 como referencia si necesitas comparar. Si una parte del SSD queda sin contacto, verás un chip fuera de rango frente al resto. En VRM observa el patrón por fases; si la placa desactiva fases a baja carga, la diferencia podría ser normal, pero a plena carga un desequilibrio pronunciado sugiere reparto deficiente, contacto pobre o degradación de un componente.

Errores frecuentes que arruinan una inspección

  • Medir sin carga real: a reposo casi todo parece sano; el problema aparece cuando el sistema trabaja de verdad.
  • No comparar iguales: sin referencia, un valor aislado engaña. Compara fases con fases, chips con chips, ventiladores gemelos entre sí.
  • Ignorar pequeñas diferencias sostenidas: deltas de 10 a 15 grados, mantenidas en el tiempo, delatan puntos débiles que acaban fallando.
  • Mirar solo los colores: sin números y sin ajustar el rango térmico, el arco iris confunde más de lo que ilumina.
  • Emisividad mal configurada o superficies reflectantes: metálicos pulidos pueden reflejar calor ajeno; usa cinta mate para medir.
  • Lente sucia o resolución baja: manchas y baja definición ocultan microzonas críticas, sobre todo en VRM y M.2.
  • Escanear a través de cristal templado: el vidrio del lateral no es transparente al infrarrojo; retíralo para medir.
  • Subestimar ruidos o chispas: si percibes chasquidos, olor a quemado o signos de arco, detén el equipo. En instalaciones eléctricas se recurre a detección de arco; en un PC doméstico, lo prudente es cortar alimentación y revisar conexiones con el sistema fuera de tensión.

Casos prácticos habituales y cómo resolverlos

  • Disipador de CPU mal asentado: la cámara muestra el IHS y la zona circundante muy por encima del resto, con un delta que puede rondar o superar 20 grados bajo carga. Solución, reaplicar pasta térmica, asentar y apretar en cruz o cambiar a un disipador AIO probado como el iCUE Link Titan 360. El segundo escaneo debe mostrar una distribución más pareja y temperaturas globales menores.
  • VRM desequilibrado en la placa base: una fase destaca 15 a 20 grados frente a las adyacentes en render sostenido. Revisa el contacto de los thermal pads del VRM y el ajuste del disipador. Si persiste, evalúa calidad de la ventilación o incluso la posibilidad de componente degradado.
  • SSD M.2 con almohadilla mal colocada: un chip aparece muy caliente mientras el resto del módulo se mantiene razonable. Vuelve a colocar o sustituye la almohadilla, comprueba presión del disipador y repite la prueba con escritura sostenida para verificar que las temperaturas bajan y se homogenizan.
  • Conector PCIe de la GPU con mal contacto: el punto caliente se ubica en el conector o en un pin concreto, con diferencias por encima de 25 grados respecto al cable. Desconecta, inspecciona suciedad u oxidación y sustituye el cable si procede. Una vez corregido, el foco desaparece en el siguiente escaneo.
  • Ventilador atascado por polvo: el motor y el hub del ventilador aparecen calientes, y el radiador o el disipador retienen calor. Limpia con aire y comprueba que el ventilador gira libre. La imagen térmica posterior mostrará menos acumulación y un reparto más uniforme.

Mantenimiento preventivo apoyado en termografía

termografía

Integrar la cámara térmica en tu mantenimiento te permite registrar imágenes antes y después de modificar el flujo de aire, cambiar pasta térmica o añadir disipadores. Crea una línea base en condiciones normales, repite tras cada intervención y guarda las capturas con fecha y descripción de la carga. Con el tiempo, este historial te ayuda a detectar degradaciones incipientes y a justificar cambios de hardware.

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Si utilizas el PC en entornos compartidos o de trabajo, adopta también criterios de documentación profesional. Anota quién realizó la inspección, temperatura ambiente, herramientas empleadas y cualquier incidencia. Aunque sea un entorno doméstico, actuar como si fuese una inspección técnica mejora la calidad del diagnóstico.

Seguridad, avisos del fabricante y privacidad

Al usar instrumentos de medida conviene recordar recomendaciones típicas de los fabricantes. Las herramientas térmicas ofrecen información para tomar decisiones, pero no constituyen asesoramiento por sí mismas. Siempre que tengas dudas, consulta manuales y fichas de seguridad del equipo que utilices, cumple las normas de seguridad y recibe la formación adecuada antes de realizar mediciones en entornos eléctricos o electrónicos.

Si necesitas apoyo humano, busca los canales de contacto o ventas del fabricante y evita actuar a ciegas. Los asistentes virtuales pueden ayudarte con información general, pero pueden equivocarse y no sustituyen a un técnico. En cuanto a privacidad, revisa la política de protección de datos del servicio que utilices para saber cómo tratan tu información.

Tabla orientativa de cámaras y servicios

Según tus necesidades y presupuesto, puedes optar por un servicio profesional o por diferentes gamas de cámaras. Los precios son aproximados y pueden variar según proveedor y región, pero sirven como referencia para planificar la inversión. Valora resolución, ergonomía y soporte del fabricante.

Producto o servicio Precio estimado Notas
Inspección termográfica profesional 60 a 150 euros Incluye informe y capturas térmicas en muchos casos
FLIR One Pro LT para móvil Alrededor de 350 euros Solución compacta y práctica para revisiones rápidas
Fluke TiS20 Plus Desde 1.000 euros Pensada para uso técnico avanzado o industrial
UNI T UTi165K Entre 400 y 600 euros Buena relación calidad precio en gama semiprofesional

Cuándo conviene acudir a un profesional

Hay situaciones en las que lo más prudente es delegar. Si percibes olor a quemado, chasquidos, decoloraciones en conectores o si el problema implica la fuente de alimentación, desconecta el equipo y solicita una revisión profesional. También es recomendable si el hardware está en garantía o si el equipo forma parte de una infraestructura crítica en una empresa.

Un técnico con experiencia aportará cámara de mayor resolución, criterios de comparación sólidos y procedimientos de seguridad afinados. En muchos casos, el coste de una visita es menor que el de una placa base o una gráfica dañadas por una avería silenciosa.

Checklist rápida antes y después del escaneo

  • Antes: limpia polvo, comprueba que todos los ventiladores giran, prepara la carga de trabajo y configura la cámara con emisividad y rango adecuados.
  • Durante: evita reflejos, mide a distancia segura, compara elementos equivalentes y lee valores numéricos además de mirar colores.
  • Después: documenta capturas, aplica correcciones simples como reapriete, cambio de pads o limpieza, y repite el escaneo para verificar mejoras.

La termografía aplicada al PC es una herramienta clara y poderosa cuando se usa con método. Con una cámara bien ajustada, carga real y comparaciones entre elementos equivalentes, detectas puntos calientes que delatan aprietes deficientes, almohadillas mal asentadas, ventilación insuficiente o conectores en mal estado. Si sumas buenas prácticas de seguridad y, cuando corresponda, apoyo profesional, lograrás un equipo más estable, silencioso y duradero sin necesidad de adivinar dónde está el problema.

características del BIWIN Mini SSD
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