Actualizado a: 16 de abril de 2024
En muchas ocasiones, montar un PC es mucho más complejo de lo que podría aparentar incluso con los componentes más —teóricamente— más sencillos. La evolución del mercado y la industria no cesa, por lo que es muy normal que nos acabemos preguntando cómo podemos saber si nuestra memoria RAM es compatible con el PC.
El tema es bastante sencillo y bastante complejo al mismo tiempo, puesto que no solo debemos revisar la compatibilidad de la memoria RAM con uno o dos componentes, sino supervisar el montaje original. Así pues, siendo muy breve, que nuestra RAM y nuestra placa base sean compatibles no significa que esa misma placa base pueda funcionar con cualquier procesador.
Por lo tanto, si queréis responder a esta pregunta, es necesario revisar más de un componente. Por suerte, en muchas tiendas hay un sistema interno que nos echa un cable en ese sentido. Aparte, también hay programas que nos ofrecen estudios y resultados mientras analizan la compatibilidad. Inclusive, juegos como PC Building Simulator nos pueden ayudar a resolver estas eventualidades.
Sea como fuere, lo cierto es que son métodos no tan efectivos como el conocimiento y la comprobación. Es por esto mismo que, aunque os hemos dejado esos posibles tips, en esta ocasión queremos contaros todo lo que podáis necesitar para aseguraros de que vuestra RAM es compatible con el resto de componentes de vuestro ordenador.
Cómo saber qué memoria RAM es compatible con mi PC
Lo primero que debéis hacer es determinar qué tipo de memoria RAM queréis: DDR3 (casi obsoleta), DDR4 o DDR5. ¿Por qué? Pues porque hay diferencias muy notables entre ambos modelos, aunque nosotros nos vamos a quedar con la compatibilidad. Si deseáis saber más sobre el tema, es decir, una comparativa entre ambas, os recomendamos que le echéis un vistazo a este tema.
Dicho esto, ¿por qué es importante elegir un tipo u otro más allá del rendimiento? Pues porque hay componentes que solo son compatibles con memorias DDR4 o DDR5. Todo sea dicho, no os recomendamos elegir una placa base —por ejemplo— en función del tipo de memoria RAM. Es mejor que sea al revés. O lo que es lo mismo, priorizad (en la medida de lo posible) la compatibilidad entre la placa base y el procesador antes que con la RAM, y luego id a por esta última.
Consejos aparte, cuando vayáis a elegir una placa base u otra, es importante que comprobéis el tipo de memoria RAM que soporta. ¿Cómo? Simple y llanamente, revisando el zócalo o socket que tiene. En general, en la descripción del producto ya os indicarán que tipo de memorias acepta, pero es posible que no aparezca. Si sucede de esta forma, es el socket quien nos responderá a nuestras preguntas.
La placa base, un punto importantísimo
Pongamos, por ejemplo, una placa base de Ryzen. Si esta está equipada con un socket AM5, no será compatible con una memoria RAM DDR4. ¿Por qué? Simple y llanamente, porque son físicamente incompatibles. No encajan. La clavija es diferente. Es por esto mismo que la mejor manera de determinar si vuestra placa base es compatible con vuestra RAM es revisar que tipo de zócalo emplea para saber si pueden funcionar o no en conjunto.
Esto lo podemos extrapolar de la misma manera, aunque desde otro enfoque, al procesador. Para que una placa base y un procesador sean compatibles, deben estar diseñados para el mismo socket. De otra forma, la CPU no encajará cuando intentemos instalarlo. Y esto lo podemos aplicar tanto al AM4, el AM4 como a una LGA 1700. Entendemos, en cualquier caso, que esto puede ser complicado.
Es por eso que nos hemos limitado a hablaros del zócalo, ya que otros pequeños apartados que pueden afectar al rendimiento o la compatibilidad. Sea como fuere, este es uno de los puntos más importantes. Ahora bien, ¿significa que un socket que no es compatible con un tipo de memoria RAM no lo es nunca? No. No hay que generalizar al 100% nunca, puesto que dentro de los zócalos puede haber distintas generaciones dentro de un mismo ‘modelo’. Del mismo modo, es raro. Lo más normal es que siempre sea así, pero nunca digas nunca.
Por eso es indispensable comprobarlo de manera individual, puesto que de otra forma es muy fácil caer en el error, ya sea con la RAM, la placa base, el procesador, etc. Por desgracia, todavía hay más. En efecto, hay otros puntos que debemos tener en cuenta.
La frecuencia y los slots
Cuando adquirimos una memoria RAM, no solo debemos comprobar la compatibilidad física, sino que debemos prestar atención a la frecuencia. Sobre todo porque podemos estar pagando por más de lo que necesitamos. Así pues, otro aspecto al que debemos prestar atención es a la frecuencia, la cual suele venir indicada en las especificaciones. Se mide en MHz.
Una vez hayamos chequeado este punto, tendremos que asegurarnos de que la placa base es capaz de soportar la frecuencia máxima de la memoria RAM. ¿Y si no lo hace? Pues no estaremos aprovechando todo el potencial de la RAM, por lo que es posible que hayamos pagado de más por un producto que, en realidad, no estamos aprovechando.
En segundo término, también debemos revisar el número de módulos con el que está equipada la placa base, ya que algunas tienen 2, otras 4… Es un detalle que puede parecer tonto, pero es fácil sobreentender que todas las placas base tienen 4 ranuras cuando en algunos casos vienen con solo 2.
Aparte, tampoco es recomendable combinar RAM con rendimientos diferentes. Ejemplo rápido: no montéis un PC con una memoria RAM de 16 GB y otra de 32 GB, porque van a funcionar de mala manera, se van a molestar la una a la otra y va a ser peor. Se ‘puede’ hacer, pero no es nada recomendable, puesto que genera problemas de compatibilidad.
Cómo saber qué memoria RAM es compatible con mi PC: ¿Una opción alternativa?
Si con todo esto no lo tenéis nada claro y/o tenéis alguna duda, os recomendamos que utilicéis el sistema de montaje de alguna página web especializada. Por ejemplo, el de PC Componentes. Suelen disponer de herramientas bastante útiles para asegurarse de que todo funciona correctamente, aunque en algunos casos se les puede pasar algo, por lo que puede ser conveniente hablar con un especialista.
¿Y esto por qué? Pues porque cada configuración es un mundo y cada PC tiene unas características u otras; el mundo de los componentes es enorme y entran en juego elementos muy diferentes. Porque hoy solo hemos valorado (es el más importante) la placa base y, en segundo término, el procesador, pero no podemos olvidarnos de la tarjeta gráfica, la cual tiene su aquel con la refrigeración. Y lo mismo con la torre. Una caja cualquiera no vale siempre, ya que las condiciones físicas son tan importantes como la setup final.
