- Comprueba altura del disipador, soporte de radiadores y hueco real para ventiladores antes de comprar, con especial atención a RAM y VRM.
- Elige el ventilador según su función: CFM para caja, presión estática para radiadores/disipadores, y ajusta la curva con histéresis.
- Optimiza el flujo: entrada frontal/inferior y salida trasera/superior buscando presión neutra o positiva bien filtrada.

Cuando te planteas montar o actualizar un equipo, uno de los tropiezos más comunes es que el ventilador o el disipador de la CPU no quepa donde debe. Choca con la RAM, toca el panel lateral, roza el VRM o directamente el radiador AIO no entra en el frontal o en el techo. Por suerte, con un poco de método puedes evitar estos quebraderos de cabeza antes de comprar.
En esta guía te explico cómo medir, qué revisar en la caja y en la placa, qué tamaños de ventiladores existen y para qué sirven, y cómo configurar su curva para que tu PC esté fresco y silencioso. Integramos conceptos de flujo de aire, presión estática, control PWM/DC, perfiles y mantenimiento, con ejemplos prácticos para que nada te pille a contrapié.
Qué significa realmente “problemas de tamaño” con el ventilador de la CPU
Hablamos de incompatibilidades físicas y de montaje que impiden instalar un disipador de aire o un radiador AIO con sus ventiladores. Los choques típicos son con módulos de RAM altos, disipadores del VRM y el panel lateral si el cooler es demasiado alto. En AIO, el problema habitual es la falta de espacio para el radiador y para el grosor conjunto radiador+ventiladores.
En disipadores por aire, la medida clave es la altura total (heatsink + ventilador). Las cajas especifican un “CPU cooler height” máximo; si lo superas, no cierra el lateral. Además, el ventilador del disipador puede invadir las ranuras DIMM si la RAM lleva disipadores altos.
En refrigeraciones líquidas AIO, debes validar longitud del radiador (120/240/360 mm o 140/280/420 mm) y grosor real. Suma radiador (p. ej. 27–38 mm) + ventiladores (25 mm estándar) y comprueba holguras en frontal, techo o trasera, teniendo en cuenta cables EPS, disipadores del VRM y altura de la RAM.
Por último, los propios ventiladores tienen dimensiones que no siempre contemplamos: diámetro (40 a 200 mm), grosor (típico 25 mm, pero los hay más delgados) y forma del marco. Esas variaciones pueden marcar la diferencia entre entrar o no.
Medidas clave que debes tomar antes de comprar
Empieza por la caja: revisa su ficha técnica. Necesitas tres datos: altura máx. de disipador de CPU, compatibilidad de radiadores por zona y número/formato de ventiladores soportados en frontal, techo, base y trasera.
Comprueba en el manual de la placa la zona de seguridad del socket (keep-out). Algunos disipadores amplios o ventiladores de 140 mm pueden tocar con disipadores VRM abultados, conectores EPS o embellecedores. Si hay duda, busca esquemas del cooler con medidas al milímetro.
Verifica la RAM: si es de perfil alto, te conviene un disipador de CPU con ventilador elevado, un diseño asimétrico, o directamente RAM low-profile para liberar espacio. En AIO top-mount, revisa la distancia entre radiador y RAM para evitar conflictos con ventiladores de 25 mm.
Radiadores: los de 120 mm se expresan como 120/240/360 (1/2/3 ventiladores), y los de 140 mm como 140/280/420. La caja suele listar combinaciones exactas por zona (p. ej. “superior: 2×140 o 3×120; frontal: 3×120 o 2×140”). Si no tienes la hoja técnica, mide con regla los ventiladores instalados de serie.
Ten en cuenta los cables y el grosor: al montar arriba, la suma radiador+ventiladores puede interferir con conectores EPS de 8 pines y con revestimientos voluminosos del VRM; en el frontal, algunos chasis con frontal cerrado restan milímetros cruciales.

Tamaños de ventiladores: qué caben, dónde y para qué sirven
Los ventiladores de PC abarcan desde 40 hasta 200 mm, aunque los formatos estrella son 120 y 140 mm. Cada tamaño tiene sentido y límites concretos de uso.
40 mm
Muy raros en PCs de sobremesa; se ven en mini PCs, routers y, sobre todo, servidores. Bajo caudal pero altísima presión estática, con RPM que pueden pasar de 5.000 e incluso 20.000 en entornos de rack, a costa de un ruido elevado.
60 mm
También poco comunes en PCs modernos; quedan para equipos muy compactos y consolas. Caudal limitado, presión estática notable y sonoridad relativamente alta (entorno 3.000–6.000 RPM en muchos modelos).
80 mm
Fueron estándar hace años para cajas y disipadores; hoy apenas se usan fuera de formato ITX o en disipadores compactos. Suelen girar muy alto para mover aire y eso sube el ruido si no se controlan bien.
92 mm
Intentaron sustituir a los de 80 mm, pero acabaron siendo nicho para disipadores de CPU y GPU específicos. Menos ruidosos que los de 80 a igual caudal, aunque siguen sin competir en silencio con 120/140.
120 mm
El estándar multiusos. Equilibran caudal, presión estática y ruido. Son los preferidos para radiadores AIO y disipadores por su presión estática disponible y por poder girar más despacio sin perder rendimiento.
140 mm
Ideales para frontal y techo en chasis compatibles: mueven más aire con menos RPM y menos ruido. Por norma general, tienen menos presión estática que un buen 120 mm, así que en radiadores exigen modelos de gama alta.
180 y 200 mm
Reservados a cajas específicas. Gran caudal con bajísima sonoridad, pero presión estática limitada. Alrededor de 800–1.200 RPM (200 mm suele rondar 800–1.000 RPM). Son fantásticos para “bañar” la caja de aire, no tanto para radiadores.
Flujo de aire, presión estática y diseño de aspas
La especificación clave de caudal es el CFM: cuanto mayor, más aire mueves. La presión estática (mm H₂O) indica la fuerza para empujar el aire a través de obstrucciones como aletas densas de radiadores o disipadores.
Para caja sin impedimentos, prioriza CFM. Para radiadores y disipadores, busca alta presión estática (a partir de ~2 mm H₂O se considera elevada en muchos modelos). No todos los 120/140 rinden igual: la geometría de aspas marca la diferencia.
Más aspas o aspas más anchas suele equivaler a mayor caudal; mayor ángulo o “pitch” de la pala suele elevar la presión estática. Algunos diseños unen extremos para reducir turbulencias; pequeños cambios pueden alterar ruido y rendimiento.
Tipos de rodamientos
Los rodamientos influyen en ruido, vida útil y precio. Sleeve (casquillo) son silenciosos y baratos pero sufren a alta temperatura. Rifle mejora la lubricación y durabilidad con baja sonoridad.
Ball bearing (bolas) resisten y rinden bien a altas RPM, pero suelen ser más ruidosos. FDB (fluid/hidráulico) casi elimina fricción, prolonga vida y reduce ruido, aunque encarece.
MagLev (levitación magnética) aporta fricción casi nula, gran durabilidad y muy bajo ruido, a un coste superior. Elige en función de uso, presupuesto y orientación (los sleeve sufren más en vertical).
PWM vs DC, conectores y control por BIOS/UEFI o software
Las placas modernas incluyen editores gráficos de curvas: ASUS Q-Fan, Gigabyte Smart Fan, MSI Hardware Monitor o ASRock FanTastic. Entran con DEL o F2 al arrancar y se ajustan por puntos de temperatura/porcentaje.
Si prefieres Windows, existen utilidades potentes: Fan Control (Rem0o), Argus Monitor y SpeedFan (esta última es veterana y requiere mano). Permiten curvas avanzadas, sincronizar múltiples ventiladores y disparadores de temperatura combinados.
Además, puedes mapear la respuesta a varios sensores de temperatura: CPU package, VRM, GPU o temperatura ambiente de la caja. Para el ventilador de CPU usa CPU core/package; para caja, suele ir bien ambiente o incluso temperatura de la GPU si juegas mucho.
Diseñar una curva estable y eficiente (sin oscilaciones ni excesos)
Antes de dibujar la curva, calibra mínimos y máximos: averigua el % al que el ventilador gira de forma fiable sin pararse (muchos empiezan estable entre 20–30%). Evita valores que provoquen “stall”.
Define umbrales que encajen con tu CPU: por debajo de ~40–50 °C busca silencio, de 60–70 °C sube con pendiente suave y a partir de ahí acelera la rampa para responder a picos térmicos.
Usa entre 4 y 6 puntos en el editor y crea una pendiente suave hasta 60 °C. Endurece la curva por encima de 70 °C para proteger el procesador en cargas intensas (render, compilación, gaming exigente).
Activa histéresis o retardos para evitar “dientes de sierra”: sin histéresis, el ventilador puede oscilar cerca de umbrales. Añade 2–5 s de retardo o un delta de temperatura antes de cambiar RPM.
Valida con estrés sintético y casos reales para controlar la temperatura de tu CPU y GPU: Prime95 o Cinebench para CPU, bench de 3DMark o juegos exigentes para ver la interacción con la GPU. Supervisa que la curva sube progresiva, sin picos inútiles de RPM.
Perfiles orientativos
Uso diario equilibrado: baja velocidad en reposo, incremento gradual a partir de 55–60 °C y rápido por encima de 70 °C. Suele dar un PC silencioso en ofimática y streaming.
Juego/rendimiento: ventiladores de caja más atentos a la temperatura de GPU/ambiente, CPU con rampa media-baja hasta 60–65 °C y agresiva a partir de ahí para evitar throttling en sesiones largas.
Silencio: prioriza histéresis y pendientes planas, aceptando temperaturas algo más altas para minimizar ruido. Perfecto para HTPC y trabajo nocturno, siempre dentro de márgenes seguros.
Flujo de aire del chasis y orientación: presión positiva, negativa o neutra
Coloca ventiladores superiores y trasero para extraer y frontales e inferiores para introducir. El aire caliente sube y el frío baja; si inviertes esto, empujas aire caliente hacia dentro y elevas temperaturas internas.
Presión negativa: más aire sale que entra; puede mejorar expulsión pero tiende a succionar polvo por rendijas. Presión positiva: más aire entra; buen enfriamiento y menos polvo si filtras entradas. Neutra: equilibrio, muy eficiente, pero no siempre fácil de lograr.
Una configuración simple y efectiva: 2×120 mm metiendo en frontal y 1×120 mm sacando en trasera. Para entornos potentes, añade 2×120 mm en la parte superior expulsando aire para estabilizar la temperatura de la caja.
Si montas AIO frontal, sus ventiladores deben introducir aire; en techo/trasera, deben extraer. Puedes reforzar el empuje con push/pull en el frontal si el espacio lo permite y la caja no estrangula la entrada.
Conectores, hubs y cableado
Verifica que cada ventilador esté en el cabezal correcto. Un 4 pines PWM en cabecera PWM para control preciso; uno de 3 pines en modo DC en BIOS para respuesta adecuada. Si usas un hub PWM, conecta su señal a CPU_FAN o SYS_FAN principal.
Evita poner la velocidad al 0% salvo que el ventilador y la placa soporten “fan stop” correctamente. Muchos modelos requieren un ciclo mínimo para arrancar con fiabilidad; programar 0% puede causar paradas y picos térmicos innecesarios.
En cajas con muchos ventiladores, un hub simplifica el cableado y permite sincronizar limpiamente varios ventiladores bajo una misma curva. Si tus ventiladores llevan RGB, contempla un controlador dedicado y alimentación SATA.
Mantenimiento y factores ambientales
El polvo es el enemigo del caudal y de la lectura térmica. Limpia filtros y aspas con regularidad para evitar que los ventiladores aceleren de más y para sostener un flujo de aire uniforme.
La temperatura ambiente cuenta: en verano todo sube. Ajusta la curva con unos grados extra de colchón o añade un ventilador de entrada si tu frontal es muy cerrado.
Comprueba periódicamente que las curvas no han vuelto a valores por defecto tras alguna actualización de BIOS. Guarda perfiles o exporta configuraciones en utilidades como Fan Control o Argus Monitor.
Comportamiento térmico en la práctica
En la mayoría de equipos modernos, la GPU es la principal fuente de calor sostenido. Una gráfica de gama media/alta puede escalar a decenas o cientos de vatios en carga, elevando la temperatura interna si no hay buena extracción.
La CPU también necesita mimo: picos breves pueden disparar lecturas y forzar rampas agresivas si la curva no tiene histéresis suficiente. Es normal ver 70–80 °C en estrés intenso con disipadores compactos; el objetivo es evitar throttling.
Algunas GPU comienzan a limitarse sobre los 80 y muchos procesadores protegen alrededor de 90–95 °C. Asegúrate de que tu caja estabiliza la temperatura ambiente interna con ventiladores de extracción superiores si juegas o renderizas durante horas.
Dónde pedir ayuda y alternativas profesionales
Si te atascas, comunidades de montaje de PC son un buen recurso: comparte especificaciones completas, fotos y medidas y te orientarán sobre compatibilidad real de coolers, radiadores y cajas.
Para entornos profesionales e industriales, hay soluciones específicas (1U, 2U, equipos fanless, mini PCs industriales). Estos sistemas priorizan fiabilidad, presión estática y control térmico en condiciones exigentes y pueden requerir ventiladores de formatos más compactos.
Si cuidas medidas y compatibilidades antes de comprar, eliges bien el tipo de ventilador según su cometido y dedicas diez minutos a ajustar la curva con histéresis y sensores adecuados, los problemas de tamaño desaparecen y tu PC respira mejor. Y, de propina, el equipo hará menos ruido, acumulará menos polvo y los ventiladores durarán más, que es justo lo que buscamos cuando afinamos una máquina con cariño.
