Guía Hardware

Cómo configurar un PC gaming para juegos de 1080p en un televisor 4K

Actualizado a: 30 de octubre de 2023

Como es lógico, a todos nos gusta mejor con la mejor calidad posible y la mayor resolución entendible, dentro de ciertos contextos. O al menos en muchos casos, puesto que tambiñen hay jugadores que prefieren disfrutar de los videojuegos de otra manera. Sea como fuere, lo ideal es contar con todas las opciones posibles, y es por eso que hoy quiero contaros cómo configurar un PC gaming para juegos de 1080p en un televisor 4K.

En general, el proceso no es demasiado complicado, ya que es posible que solo tengáis que conectar el PC a la tele mediante un conector adecuado, ajustar la resolución y listo, pero no siempre es así. Es por eso que en el presente tutorial quiero explicaros un poco el proceso. Para ello he seguido las guías de White Gordon en PCMag, quien nos explica gran parte del proceso para que podamos entenderlo sin problema.

Usar un PC Gaming para juegos 1080p en 4K: ten un televisor adecuado

Lo primero y lo más importante es asegurarte de que estás usando una pantalla 4K que sea compatible con tu ordenador. En general, si el televisor es 4K, no deberías tener ningún tipo de problema, puesto que prácticamente el 100% de estos vienen con las entradas adecuadas para funcionar junto con un PC. Nos referimos, por supuesto, a una entrada HDMI. No existe prácticamente ningún televisor 4K que no tenga entradas HDMI, y es por esto que no deberías tener problema alguno. No obstante, nunca está de más verificarlo.

Y si mi ordenador no tiene potencia…

Por supuesto, si no tienes un ordenador lo suficientemente potente como para ejecutar un juego en 4K de manera estable, no esperes que esto se arregle al conectarlo a un televisor. El rendimiento depende del ordenador como tal y sus componentes, por lo que no debéis dejar esto al azar. De nada sirve usar una pantalla con esta capacidad si el PC es incapaz de gestionar esta resolución de manera adecuada. Para saber si tu ordenador puede hacerlo, lo que debes es revisar los requisitos mínimos y recomendados de cada juego en cuestión y compararlos con los componentes de tu PC.

Ahora bien, el método que os quiero ofrecer también pretende luchar´(en parte) contra esto, pero no será posible en todos los casos. La gracia del presente tutorial es que si no tienes un ordenador lo suficientemente potente como para jugar en 4K, es posible hacer el apaño usando una resolución 1080p reescalando la imagen desde el propio ordenador. Esto os lo explicaré más adelante y tendréis que prestarle atención si, en efecto, vuestro PC no tiene potencia suficiente.

Infiero que este será el caso de la mayoría de vosotros, puesto que este es el eje del presente tutorial. Si esta no es vuestra situación, pues no tendréis que realizar todos los pasos, la verdad, pues mediante la conexión HDMI y configuración la resolución desde el propio PC tendréis más que suficiente. Todo depende, por lo que cada paso puede (o no) adaptarse a vosotros según vuestra condición en concreto.

Usar un PC Gaming para juegos 1080p en 4K: revisa la entrada

Cómo configurar un PC gaming para juegos de 1080p en un televisor 4K
Cómo configurar un PC gaming para juegos de 1080p en un televisor 4K

Lo primero, y lo más importante de todo, es verificar que vas a utilizar la conexión correcta. ¿Qué significa esto? Hay televisores que pueden tener (o no) entradas diferentes. Es decir, que algunos monitores solo ofrecerán 4K a 60 Hz mediante determinadas entradas. Por lo tanto, lo primero que debes hacer es comprobar si el tuyo funciona de esta manera, o no, y si todas sus entradas tienen las mismas características.

Si no estás seguro de cómo comprobarlo, puedes consultarlo a través del propio manual que viene en la caja del televisor, revisando sus características en internet a través de la página oficial de la marca o en foros de soporte, etc. Una vez termines de revisar este apartado, conecta el PC al televisor a través de la entrada HDMI. Si es 2.0 o superior, pues más que mejor.

Lo que también os recomiendo encarecidamente es que uséis un cable HDMI de calidad. No uséis uno cualesquiera. Lo Ideal es uno de la etiqueta Premium High Speed o una velocidad de 18 gbps. Si queréis saber más sobre los tipos de HDMI, podéis consultar estos tutoriales:

Dicho esto, os recuerdo que no hay problema alguno si no tenéis un ordenador lo suficientemente potente, pues el presente tutorial pretende combatir esa situación.

Configura el televisor

Lo siguiente que nos tocará hacer es realizar las diferentes configuraciones de nuestro televisor para que, en efecto, podamos ver un juego en 4K aunque lo configuremos en resolución 1080p de base en nuestro ordenador. Para ello, lo primero y lo más importante, aunque no es indispensable, es activar el modo de juego en la tele. ¿Por qué? Porque mejorará el «rendimiento» de la imagen.

Como lo que haremos más tarde es reescalar la imagen, si activamos el modo de juego, seguramente podamos hacer que la latencia sea inferior. Es decir, que el tiempo de espera entre que pulsamos un botón y sucede algo en la pantalla será mejor. Consecuentemente, podemos decir que la imagen será más fluida y, en general, se disfrutará mucho más de la experiencia. Como ya he dicho, no es obligatorio, pero sí que es recomendable.

Asimismo, aunque también depende del modelo del televisor, es posible que debas configurar el tipo de entrada. Algunos televisores 4K vienen con diferentes formatos de entrada, y hay algunos que incluso tienen uno para PC. Si usas este, en teoría debería funcionarte mejor, por lo que te recomiendo que lo actives antes de continuar para asegurarte de que el resultado final es el mejor posible. Como la anterior configuración tampoco es obligatoria, pero suma, y en general bastante.

Sucede lo mismo con el modo HDR. Esto, no obstante, depende mucho más de los gustos de cada uno, pero general activarlo nos dará una mayor calidad de imagen. Lo único es que el cómo configurarlo de manera adecuada puede variar mucho dependiendo del televisor y el ordenador. Así pues, aquí no puedo darte las pausas concretas, aunque sí que me gustaría avisarte de que el HDR puede tener otro nombre en tu tele. Así pues, puede aparecer como HDMI Deep COlor, HDMI UDH color o similar.

En general, con todo esto ya habremos terminado de configurar el televisor, pero no hemos finalizado el tutorial. A fin de cuentas, cuando hayamos hecho todo esto y el PC ya esté conectado al televisor, simplemente habremos ajustado la imagen, pero lo importante viene ahora.

Usar un PC Gaming para juegos 1080p en 4K: preparando el 4K

En este punto es cuando vamos a transformar la imagen en 4K, habiendo diferentes sistemas. Los hay mejores, los hay peores, y en algunos casos es posible que no lo tengas disponible. Todo depende. El más sencillo de todos, aunque es muy poco habitual, es usar un televisor (no son especialmente habituales) con la capacidad para reescalar a 4K y/o disponer de un HDMI que ayude en esta conversión. Este es el método más sencillo, pero no es el único. De hecho, es el menos frecuente, puesto que hay otros.

Mediante la configuración de pantalla

Este método, en realidad, es bastante sencillo, pues lo único que tendremos que hacer es ir al escritorio de Windows. Ahora bien, hay un problema, y es que no todos los ordenadores podrán hacerlo ni nos ofrecerán la opción. Dependerá de diversos factores. Si el tuyo te lo permite, tan solo tendrás que hacer clic derecho en algún punto vacío de tu escritorio y luego pulsar en Configuración de Pantalla.

Cuando estés dentro, te aparecerán varias opciones. Si has configurado bien el televisor y la conexión es válida, te recomendará usar la resolución 3840×2160 junto a la palabra «recomendada». Si no te aparece, posiblemente no tengas un PC capaz de hacerlo, pero hay otros métodos alternativos. Si te deja, genial. Tan solo activa esa opción y el PC hará el reescalado.

Ahora bien, debes tener en cuenta que lo que a hacer es renderizar la imagen a una superior, por lo que el resultado final puede ser peor que un 4K nativo. Tras esto, lo que tendrás que hacer cuando abras un juego es ir a la configuración de pantalla e ir a la sección de Escala de resolución o escala de renderizado. Actívala. Ahora bien, debes tener en cuenta que esta configuración, lo que aplica es un valor porcentual, por lo que hará será renderizar los gráficos de la imagen a una resolución más baja mientras mantiene otras en una más alta.

Por desgracia, hay juegos que no permiten hacer esto, y aquí será necesario crear una resolución personalizada. Para ello tendrás que acceder al menú de tu tarjeta gráfica, por lo que el proceso cambia según si estás usando una tarjeta de NVIDIA o una de AMD:

Si tu caso es el primero, accede al panel de control de NVIDIA, selecciona la opción de ajustar tamaño y posición del escritorio, escoge la opción de realizar reescalado, establece la relación de aspecto deseada (16:9 generalmente) y marca donde pone anular el modo de escala. Tras esto, en la sección de Cambiar resolución desde la barra lateral, escoge la opción de personalizar, activa la capacidad de habilitar resoluciones no expuestas en la pantalla y luego crea la tuya propia.

Si usas una AMD, accede al panel de configuración de AMD y luego a Software Radeon. Una vez dentro, en la pestaña de Pantalla, activa el Escalado de GPU y selecciona o crea una resolución a través de las diferentes opciones que te proporciona. Créala si no existe y luego actívala tras guardarla.

Plan C

Si todo esto no os ha servido, puede que necesites utilizar herramientas de terceros externas tales como Custom Resolution Utility, Power Strip, por ejemplo. Cada cual tiene sus maneras, pero sin herramientas que se suelen utilizar para forzar el reescalado de una tarjeta gráfica. Este proceso es más complejo, por lo que tal vez no sea la mejor idea que lo utilicéis y os conforméis, pero no soy quien para deciros esto.

Marcos Wagih

Marcos Wagih

Amante de la informática y la tecnología desde pequeño, llevo dedicándome a esto tanto tiempo que ya ni me acuerdo. Especialista en gaming, tanto en consolas como en ordenadores, llevo formándome —y lo que me queda— más de 8 años en diferentes materias.

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