- AMD Magnus, Orion, Robin y Canis son los nombres clave de las APUs filtradas para las siguientes consolas de Sony y Microsoft.
- Magnus podría embarcar una CPU híbrida de 11 núcleos Zen 6 y Zen 6C y una GPU de gran tamaño con memoria GDDR7 a 28 Gbps.
- Las próximas consolas de sobremesa y portátiles llegarán con tecnologías como RDNA 5, chiplet y un salto importante en potencia gráfica.
Durante los últimos meses, la industria del videojuego y la tecnología ha estado en vilo ante la avalancha de rumores y filtraciones sobre el futuro del hardware para consolas de próxima generación. En este contexto, los nombres AMD Magnus, Robin, Orion y Canis han cobrado un fuerte protagonismo al aparecer vinculados a las APUs personalizadas que podrían dar vida tanto a las sucesoras de PlayStation como de Xbox. La información está llena de detalles técnicos, conjeturas y algunas confirmaciones indirectas, convirtiendo este universo de chips en uno de los temas más candentes del hardware gaming actual.
¿Qué hay detrás de estos nombres, qué implican para el futuro de la PS6, la próxima Xbox y la prometedora consola portátil de Sony? En este artículo desgranamos toda la información filtrada, analizamos las especificaciones de las APUs y evaluamos el impacto que podrían tener en el salto generacional de las consolas, sin dejar de lado cómo estos avances pueden traducirse en experiencias jugables mucho más ambiciosas y futuristas.
Filtraciones y los nombres clave tras la próxima generación de consolas
El runrún en redes y foros especializados sobre las próximas consolas no cesa, y parte de la expectación viene alimentada por filtraciones de fuentes con muy buena reputación en la industria, como ‘Moore’s Law is Dead’ (MLID). Este canal, conocido por adelantar hardware inédito antes que nadie, publicó recientemente una actualización repleta de datos sobre los chips de AMD que llegarán a consolas en los próximos años.
Según afirma MLID y han corroborado otros insiders, Magnus sería el nombre en clave de la APU que moverá la nueva Xbox. Mientras tanto, otros nombres como Orion y Canis estarían reservados a la futura PS6 y a una consola portátil de Sony respectivamente. Estos nombres ya circulaban en la rumorología, pero los últimos vídeos de MLID parecen confirmarlos definitivamente.
Además, la procedencia de la información y la insistencia en los nombres refuerzan la idea de que cada compañía está apostando por distintas arquitecturas personalizadas para maximizar el rendimiento de sus plataformas. Este enfoque de desarrollo semipersonalizado ya es habitual en el sector, pero nunca antes se había filtrado una lista tan concreta de nombres e incluso detalles internos tan precisos.
El filtrador detrás de las últimas informaciones, al tiempo que reconocía algunas correcciones necesarias en filtraciones pasadas, ha subrayado la fiabilidad de los datos actuales, lo que ha acrecentado más aún la expectación entre los aficionados y los analistas tecnológicos.
Especificaciones técnicas de Magnus, la APU que puede revolucionar Xbox y PlayStation
Toda la atención mediática recae especialmente en Magnus principalmente por unas especificaciones rompedoras en comparación con cualquier hardware de consola visto hasta la fecha. Según los datos desvelados, este chip integraría nada menos que 11 núcleos de CPU, distribuidos en 3 núcleos Zen 6 «grandes» y 8 núcleos Zen 6c enfocados en eficiencia energética. Este esquema de núcleos híbridos apunta a un salto de rendimiento significativo, permitiendo gestionar de forma óptima las tareas del sistema, juegos y aplicaciones en paralelo.
La GPU de Magnus ocuparía una superficie de 264 mm² (un tamaño considerablemente mayor al de las consolas actuales), alojando una potencia gráfica acorde a las demandas del gaming 4K, juegos a 120 Hz y tecnologías de última generación como el ray tracing avanzado y el escalado por IA.
Otro de los puntos fuertes es la conexión entre la GPU y el SoC (System-on-Chip) mediante un «Bridge Die», un diseño de chiplet que mejora el rendimiento y la escalabilidad, abriendo la puerta a futuras variantes o modelos revisados con facilidad.
En cuanto a la memoria, Magnus incorporará un bus de memoria de 384 bits, superando el estándar actual de 320 bits en Xbox Series X. Se espera, además, el uso de memoria GDDR7 a 28 Gbps y hasta 24 GB de VRAM, algo que hasta ahora era terreno exclusivo del PC de gama alta.
Es importante destacar que al menos uno de los núcleos de CPU estaría dedicado en exclusiva al sistema operativo y las funciones básicas de la consola, dejando el resto para entregar toda la potencia posible en los videojuegos. El aumento de la caché L3 hasta los 12 MB (frente a 8 MB en la actual Xbox Series X) también contribuiría a la fluidez de los procesos internos y a reducir cuellos de botella en juegos exigentes.
La fabricación de Magnus se realizaría usando el último nodo de 3 nm de TSMC, un salto técnico decisivo que se traduce en mayor eficiencia energética, menor consumo de energía y temperaturas más contenidas incluso a máximas revoluciones. Todo ello en un encapsulado total de 408 mm², repartido entre CPU y GPU.
La tradición de los nombres y a qué consola va destinado cada chip
Un detalle muy curioso que ha generado debate en redes es la metodología de AMD para bautizar sus APUs. En las consolas de Sony, es habitual que los nombres en clave para sus chips tomen inspiración de personajes de Shakespeare, como ocurrió con Gonzalo para PS4 o Erebus en PS5. Sin embargo, Magnus no parece seguir ese patrón, lo que ha llevado a muchos filtradores y expertos a suponer que se trata del chip para la próxima Xbox, mientras que para la PS6 y la consola portátil de Sony los elegidos serían Orion y Canis, mucho más acordes a la tradición literaria de la compañía japonesa.
Esta teoría se ve reforzada por características de hardware, como el tamaño del die y el enfoque del bus de memoria, elementos que históricamente han coincidido más con la filosofía de diseño de Microsoft para sus productos Xbox.
Además, algunos detalles internos filtrados por perfiles con acceso a documentación de AMD apuntan a que la unidad de negocio ‘semicustom’ de la propia AMD –la misma que diseña los chips para consolas– estaría manejando estos nombres para diferenciar los proyectos de cada marca.
En cuanto a las fechas, los ciclos históricos de las consolas sugieren que PlayStation 6 y Xbox Next llegarían al mercado en torno a 2027, aunque existen rumores de que el despliegue de la nueva Xbox podría adelantarse a 2026. Microsoft y Sony, en cualquier caso, siguen guardando silencio oficial sobre el calendario definitivo.
El caso de la APU Canis resulta igualmente intrigante: se trataría de la primera APU específicamente orientada a una verdadera portátil de Sony en más de una década, con claras aspiraciones de competir con el éxito del formato híbrido que han impulsado otras marcas en los últimos años.
Tecnologías asociadas y salto generacional en gaming
Las nuevas APUs de AMD, y en especial Magnus, prometen redefinir el estándar de potencia y eficiencia en el ámbito de las consolas de sobremesa y portátiles. La arquitectura gráfica RDNA 5 (también conocida en algunos foros como UDNA) será el corazón del procesamiento gráfico, con una lista de innovaciones centradas no solo en elevar la resolución y fluidez de los juegos, sino también en potenciar el ray tracing y la inteligencia artificial aplicada al gaming.
La apuesta por el diseño chiplet permitirá segmentar CPU y GPU como módulos separados pero totalmente integrados a nivel de sistema, lo que abre una flexibilidad extrema a la hora de fabricar distintas configuraciones y reducir costes (o elevar el rendimiento, según la gama de la consola). Este paradigma ya se ha intentado en ciertas gamas de procesadores para PC, pero su llegada a las consolas marca una evolución radical.
Además, el ancho de banda proporcionado por la memoria GDDR7 a 28 Gbps y la posibilidad de hasta 24 GB permitirán a los desarrolladores crear mundos mucho más complejos, con texturas más pesadas, mayor distancia de dibujado y tiempos de carga mucho más breves gracias a la eliminación de cuellos de botella. Esto se traducirá en juegos más inmersivos y espectaculares desde el primer día de la próxima generación.
Sobre la GPU, aunque no hay datos exactos de la cantidad de shaders que tendrá el modelo Magnus (ni los equivalentes Robin, Orion y Canis), se espera que igualen o superen las cifras actuales de 2.304 shaders en PS5 y 3.328 en Xbox Series X. Esto será clave no solo por una cuestión de potencia, sino también para asegurar la retrocompatibilidad de los futuros sistemas con el catálogo actual de juegos.
Una de las incógnitas que más debate ha generado es el posible precio de salida de estas consolas. Algunas filtraciones sugieren incluso que Microsoft podría lanzar su consola flagship por encima de los 1.000 dólares, abriendo un nuevo escenario para el mercado y obligando quizás a Sony a replantear su estrategia habitual de precios.
Retos de fabricación e implicaciones de diseño
El desarrollo de chips tan avanzados como Magnus, Robin, Orion y Canis no está exento de desafíos. Por ejemplo, el tamaño del die de Magnus (408 mm² entre CPU y GPU) es enorme comparado con los SoCs anteriores y conlleva costes de fabricación elevados. Esto se debe no solo a la densidad de transistores y la potencia bruta, sino también a la integración de nuevas tecnologías como el ray tracing por hardware o la gestión avanzada de IA y escalado inteligente.
En paralelo, el salto al proceso de fabricación de 3 nm introduce complejidades en el diseño térmico, la gestión energética y la reducción de errores en producción. AMD, junto con TSMC, tienen experiencia previa en los lanzamientos de APUs para consolas, pero la sofisticación de estos modelos lleva la colaboración al límite de lo que es posible en la industria actual.
Tampoco se deben pasar por alto las necesidades de consumo energético y refrigeración. Aunque el nodo de 3 nm permite mejorar mucho la eficiencia respecto a los modelos de la generación anterior, el incremento de núcleos y shaders obligará a los fabricantes de consolas a idear sistemas de disipación más avanzados y silenciosos, sin aumentar el tamaño o el peso de los dispositivos.
Es importante subrayar que aunque se han filtrado muchas especificaciones, ni Sony ni Microsoft han confirmado oficialmente ningún dato. Por tanto, la información debe tomarse como una hoja de ruta plausible basada en fuentes fiables, pero que aún puede cambiar durante el desarrollo hasta la presentación final.
Pese a los riesgos y a la incertidumbre, todo apunta a que los usuarios van a disfrutar de consolas capaces de mover juegos con calidad gráfica nunca antes vista en el salón de casa, con tiempos de carga mínimos y experiencias visuales y jugables radicalmente superiores.
Si la información filtrada se confirma, PlayStation y Xbox se preparan para entrar en una nueva etapa de competición feroz, donde el hardware será capaz de rivalizar con PCs de gama alta y las diferencias estarán cada vez más en los detalles de cada ecosistema y en los servicios añadidos. El desarrollo de la portátil de Sony, por su parte, podría devolverle el liderazgo en un segmento que durante años estuvo casi en solitario.