- Diagnóstico ordenado: energía, RAM, pantalla, UEFI/BIOS y software para localizar el fallo con rapidez.
- Diferencia entre no encender, no arrancar el sistema y pantalla en negro para no perder tiempo.
- Señales de PSU, pitidos/códigos de placa y momentos en los que conviene acudir a un técnico.
Que tu ordenador no responda al pulsar el botón de encendido puede ser desesperante, pero la mayoría de las veces la solución está a unos pocos pasos de distancia. Antes de pensar en lo peor, conviene seguir un orden lógico de comprobaciones que abarque desde la alimentación hasta la memoria, pasando por los cables internos y la pantalla.
En esta guía práctica vas a encontrar las situaciones típicas (no enciende nada, enciende pero no arranca el sistema, o se ve todo negro en la pantalla) y cómo actuar en cada una. Integramos comprobaciones sencillas, pruebas con componentes, diagnósticos por pitidos y opciones de software para que avances con seguridad tanto si tu PC es de sobremesa como si es un portátil.
Escenarios habituales cuando el PC no arranca
Cuando hablamos de “no enciende”, no siempre ocurre lo mismo. Identificar el escenario te ahorra tiempo y reduce el diagnóstico al mínimo:
- Al pulsar el botón de encendido no sucede nada.
- El equipo intenta arrancar (se oyen ventiladores), pero entra en bucle o no llega a cargar el sistema operativo.
- El ordenador parece encender (hay actividad), pero la pantalla no muestra señal.
Acotar desde el principio qué “tipo” de fallo tienes ayuda a decidir si hay que empezar por energía, por la pantalla, por la RAM o por la configuración del arranque. Con ese mapa claro, pasamos a las comprobaciones más efectivas.
Comprobaciones básicas de alimentación
Parece obvio, pero es de lo que más se pasa por alto. Revisa que el cable de alimentación esté bien conectado a la toma, a la regleta y a la fuente de alimentación de la torre. En portátiles, conecta el cargador directamente a la pared y verifica que el indicador de carga funciona.
En torres, muchas fuentes tienen un interruptor trasero. Comprueba que ese interruptor está en la posición ON (suele marcar “I” de encendido). Si alguien lo cambió o moviste el PC, puede haberse quedado apagado sin que lo notaras.
Prueba un enchufe distinto en otra habitación o circuito. Las regletas saturadas o una toma defectuosa pueden simular un fallo del PC. Si tienes otro cable de alimentación compatible, cámbialo para descartar que esté dañado.
Si dispones de multímetro y sabes usarlo con seguridad, puedes comprobar continuidad del cable o tensión en la toma. Una lectura de resistencia infinita en el cable apunta a un cable roto, y una tensión irregular en la pared te alertará de un problema eléctrico externo.
Portátiles: batería y adaptador
En un portátil, el síntoma “no hace nada” suele estar relacionado con batería o adaptador. Conéctalo a corriente y espera unos minutos; intenta encenderlo con el cargador puesto. Si solo enciende con el adaptador, la batería podría estar agotada o defectuosa.
Si la luz de encendido se activa pero no aparece imagen, considera que el panel LCD o la gráfica integrada pueden estar implicados. Conecta una pantalla externa para descartar panel, y si sigue igual, apunta a GPU/placa o a la secuencia de arranque.
Pruebas con cable, enchufe y multímetro
Para cerrar el capítulo de alimentación, intenta estas pruebas rápidas: cambiar el cable de alimentación por otro, conectar a un enchufe distinto y, si dominas el multímetro, verificar continuidad del cable y tensión en el conector IEC de la fuente.
Si con todo esto el PC sigue sin dar señales (sin ventiladores ni leds), la sospecha recae en la fuente de alimentación (PSU). Probar con otra PSU compatible —aunque sea en “paralelo” sin desmontar la vieja, solo para test— es un atajo excelente para confirmar diagnóstico.
Reinicio completo y comprobación de la memoria RAM
Cuando hay vida (ventiladores, leds) pero no hay arranque, un ciclo de energía completo puede arreglar bloqueos. Apaga, desconecta el cable y espera 30-60 segundos. Vuelve a conectar y enciende. A veces el residuo eléctrico o un estado de suspensión se encalla.
La RAM causa muchos bucles de arranque y pantallas en negro. Con el equipo desconectado, retira y recoloca los módulos hasta oír el clic, alterna por ranuras y prueba arrancar con un solo módulo. Si con uno funciona y con otro no, has localizado el culpable.
Dentro de Windows, puedes evaluar memoria con la herramienta integrada. Ejecuta mdsched.exe (Diagnóstico de memoria) o utiliza utilidades como MemTest si prefieres comprobaciones más exhaustivas desde USB.
Revisar conexiones internas y el botón de encendido
Movimientos de la torre, limpiezas o montajes recientes pueden dejar algo a medio insertar. Abre la caja (toma precauciones antiestáticas) y verifica que los conectores de alimentación de la placa (24 pines y CPU 4/8 pines), la gráfica y los cables de datos estén bien asentados.
Muy importante: el cableado del panel frontal. Confirma que el conector PWR o PWR_SW está en los pines correctos de la placa base. Si alguna vez funcionó y ahora no, es raro que se suelte, pero un cambio de ubicación puede tirar de él.
Para descartar botón defectuoso, existe una prueba rápida. Puentea brevemente con un destornillador los dos pines de Power (PWR_SW) de la placa. Si arranca así, el problema está en el botón o en su cable; si no, vuelve la sospecha hacia placa o PSU.
Limpieza, polvo y pasta térmica
El polvo es enemigo del arranque estable: se acumula en ventiladores, ranuras y disipadores, elevando temperaturas y provocando apagados de seguridad. Usa aire comprimido y un pincel suave para expulsarlo de zonas sensibles.
Los contactos sucios también dan la lata. Limpia con alcohol isopropílico los contactos de RAM y tarjetas si detectas falsos contactos. Espera a que evapore antes de reinsertar.
Si hace mucho que no la cambias, la pasta térmica del procesador puede estar seca. Una pasta en mal estado eleva la temperatura y provoca apagados. Retira el disipador, limpia bien ambos lados y aplica una nueva capa siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Cuando enciende pero Windows no carga
Si el PC enciende pero el sistema no arranca, piensa primero en el orden de arranque. Retira pendrives, tarjetas microSD, discos USB y cualquier medio externo. Si el firmware busca antes en USB, puede quedarse esperando en un dispositivo vacío.
Otra sospecha es un fallo de software. Intenta entrar en Modo seguro. Si así arranca, probablemente hay un driver o servicio causando el bloqueo. Desde ahí podrás desinstalar controladores problemáticos o revertir cambios.
Windows ofrece su propia “Reparación de inicio”. Mantén pulsada la tecla Mayúsculas mientras haces clic en Reiniciar y entra en Solucionar problemas > Opciones avanzadas > Reparación de inicio. Esta utilidad repara secuencias de arranque dañadas.
Si nada resulta, puedes reinstalar Windows manteniendo tus archivos. En Configuración > Windows Update > Opciones avanzadas > Recuperación, selecciona Restablecer este PC y “Mantener mis archivos”. Es una reparación extensa sin perder documentos.
UEFI/BIOS: ajustes que bloquean el arranque
Los cambios en la UEFI/BIOS, incluso involuntarios, pueden impedir el arranque. Accede al firmware (teclas como SUPR o F9 al iniciar), entra en Save & Exit y restaura los valores por defecto (Restore default settings).
Si no puedes entrar, hay un plan B: retira la pila CMOS durante unos minutos para forzar el restablecimiento de la configuración. Colócala de nuevo y prueba. Esto borra el orden de arranque, la hora y ajustes personalizados.
Ten en cuenta compatibilidades: algunas CPUs requieren versiones de BIOS específicas. En placas con procesadores AMD, las actualizaciones AGESA amplían soporte y resuelven errores, y conviene revisar opciones como P-States y C-States que afectan a la gestión de energía. Si has actualizado hardware, comprueba si tu placa necesita actualización.
El PC enciende, pero la pantalla sigue en negro
Si escuchas ventiladores y parece haber actividad, pero no hay imagen, empieza por lo simple: verifica el cable de vídeo (HDMI, DisplayPort, DVI, VGA), que el monitor esté encendido y tenga seleccionada la fuente correcta.
Comprueba que la tarjeta gráfica esté bien insertada y atornillada al chasis. Una gráfica mal asentada o con pandeo puede perder contacto en el PCIe. Recolócala con cuidado y revisa su cable de alimentación PCIe.
Si tu procesador dispone de gráficos integrados, prueba a conectar el monitor a la salida de la placa base. Si hay imagen, instala o repara los drivers de la GPU dedicada y reinicia antes de volver a conectar el monitor a la gráfica.
No descartes el monitor: prueba otro cable o una pantalla distinta para confirmar si el problema es del PC o del panel. Si la pantalla externa de un portátil funciona pero el panel interno no, apunta a LCD/inverter o cable flex; también es posible que existan defectos como píxeles muertos en el panel.
Se enciende y se apaga solo (o entra en bucle)
Cuando hay encendidos y apagados repetidos, la RAM y el procesador son los primeros candidatos. Resetea y prueba los módulos de RAM uno a uno, alternando ranuras. Si con un módulo arranca y con otro no, ya tienes diagnóstico.
Si el apagado se produce a los pocos segundos, sospecha de temperatura. Una pasta térmica reseca o un disipador mal anclado hará que la CPU se proteja apagándose. Limpia, reaplica pasta y asegura el montaje del disipador.
Diagnóstico por pitidos (speaker) y códigos
Muchas placas incluyen un speaker interno o un display de códigos. Los pitidos ofrecen pistas inmediatas del origen del fallo. Según la combinación de pitidos largos y cortos se puede orientar el diagnóstico.
- Un pitido largo y uno corto: placa base.
- Un pitido largo y dos cortos: gráfica dedicada.
- Un pitido corto: gráfica integrada (o señal básica de POST según fabricante).
- Cuatro pitidos cortos: reloj de BIOS desconfigurado.
- Cinco pitidos cortos: CPU.
- Tres pitidos cortos: memoria RAM.
- Nueve pitidos cortos: ROM.
- Pitido continuo: tensión de alimentación.
Aunque estos patrones son comunes, consulta siempre el manual de tu placa. Si no escuchas nada y tampoco hay display, quizá el speaker no está conectado; muchas placas lo incluyen en la caja como accesorio suelto.
Fuente de alimentación: síntomas y sustitución
Si no hay vida al pulsar el botón, o si hay pitido continuo por tensión, la fuente puede estar dañada. Probar con otra PSU es la verificación más directa. Asegúrate de conectar 24 pines y 4/8 pines de CPU, y los PCIe si hay GPU.
Atención a derivaciones: un cable pelado o una chapa haciendo contacto con un conector puede provocar cortos que impiden el arranque. Ordena el cableado, sujeta todo y evita partes metálicas tocando conectores.
Problemas de montaje: front panel, pandeo y ESD
En montajes por piezas, el cableado del panel frontal (Power, Reset, LEDs) es un clásico. Revisa el manual de la placa para ubicar correctamente PWR/PWR_SW, evitando pinchar en el lugar equivocado.
El peso de las gráficas actuales puede generar pandeo, forzando el slot PCIe y el conector de la tarjeta. Usa soportes o ajusta tornillería para evitar tensiones. Un disipador de CPU muy pesado también puede flexionar la zona.
La electricidad estática puede disparar protecciones y dañar componentes. Trabaja con pulsera antiestática o toca una superficie metálica conectada a tierra antes de manipular módulos o tarjetas. En placas modernas, hay protecciones que evitan el encendido si detectan derivaciones.
Actualizar, revertir y reinstalar controladores y sistema
Si el PC arranca pero algo va mal (periféricos que fallan, lentitud al iniciar), revisa controladores. Desde Windows Update > Opciones avanzadas > Actualizaciones opcionales podrás instalar drivers recomendados sin recurrir a programas de terceros.
Si tras una actualización empezaron los problemas, Windows permite desinstalarla. En Historial de actualizaciones > Desinstalar actualizaciones, quita la última y reinicia para comprobar si vuelve la estabilidad.
Como último recurso de software, puedes restablecer el PC manteniendo archivos o realizar un formateo total (sin conservar nada). Este último deja el equipo como recién salido de fábrica para eliminar conflictos profundos.
¿Y si el problema es la pantalla, el inversor o el monitor?
En algunos casos el PC funciona y el fallo es puramente de visualización. Un inversor del panel (en diseños que lo incorporan) o el propio monitor pueden estar fallando. Probar con pantallas externas o monitores alternativos despeja la duda rápidamente.
Si en un portátil se enciende el led pero no se ve nada en el panel, la sospecha se centra en panel LCD, cable flex o GPU integrada. Una salida HDMI a una TV ayuda a confirmar si el sistema arranca aunque no haya imagen en su pantalla.
Software de terceros para emergencia
Si ya has logrado que el equipo encienda pero Windows sigue atascado en bucles de carga, pantallas azules o negras, puedes usar utilidades de arranque. Herramientas como Tenorshare Windows Boot Genius permiten crear un USB/CD de rescate, iniciar desde él y reparar procesos de arranque. Ten presente que no cubrirán todos los supuestos de hardware, pero pueden ayudar en incidencias de software persistentes.
Cuándo acudir a un servicio técnico
Si no te sientes cómodo abriendo el equipo, no cuentas con piezas de prueba (otra PSU, otros módulos RAM) o el diagnóstico apunta a placa base, CPU o soldaduras, lo sensato es acudir a un técnico. En AIO y portátiles, muchas intervenciones requieren herramientas y repuestos específicos.
También conviene delegar cuando el equipo presenta cortes por sobrecarga eléctrica, señales de quemado, capacitores hinchados o cuando tras todas las pruebas no hay cambios. A veces, el coste/tiempo de reparación invita a valorar un reemplazo por equipo nuevo.
Siguiendo este recorrido ordenado —energía, cableado, RAM, pantalla, firmware y software— es fácil localizar el cuello de botella sin perderte en conjeturas. Actuar con método, mantener el equipo limpio y revisar conexiones reduce drásticamente los sustos y te permite recuperar el PC con el menor dolor de cabeza posible.